Este martes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nombró a la periodista Jineth Bedoya como nueva embajadora en la lucha contra la violencia sexual, un reconocimiento que se da por su trabajo constante de alzar la voz de las mujeres que han sido víctimas de la violencia, principalmente, en medio del conflicto armado en el país.
Bedoya, autora del movimiento ‘No es hora de callar’, se convierte así en la primera embajadora de Colombia para un tema “tan importante como lo es la violencia sexual”, lo que representa un “honor y una responsabilidad inmensa” con las mujeres que esperan que sus casos sean reconocidos en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
“Es el reconocimiento, no solo al trabajo de una periodista que fue víctima, sino de miles de mujer que no solamente en Colombia, sino en el mundo, hacen hasta lo imposible para poder seguir adelante después de haber tenido que enfrentar la violencia sexual. Sin lugar a duda, es un honor y una responsabilidad inmensa”.
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“Dentro de las responsabilidades que tiene este nombramiento, primero, es ser voz de las mujeres a nivel mundial, de aquellas que enfrentan la violencia sexual, principalmente, en medio de los conflictos armados y la guerra, de las dificultades de la confrontación armada”, agregó en Mañanas BLU.
Bedoya recalcó que una de sus mayores responsabilidades al ser nueva embajadora de la ONU es insistir a la JEP para que abra el macrocaso de violencia sexual. Una petición que hizo junto con colectivos de mujeres hace cuatro años y de la que espera una se logre para “tener justicia, potenciar y apoyar esas voces que trabajan por erradicar la violencia sexual en sus territorios”; actualmente hay alrededor de 5.000 casos archivados, según detalló.
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“Mi mayor responsabilidad en este momento es seguir haciendo ese llamado a la JEP, de por qué todavía no existe un macrocaso de violencia sexual en medio de todo lo que se está haciendo en el marco de la justicia transicional. La violencia y violación a las mujeres en el conflicto armado es sistemática, además es un delito autónomo, es decir, que no es coletazo de otro delito. Realmente como las guerrillas de la Farc y el ELN, así como agentes del Estado han cometido la violencia sexual como una forma de represión y castigo”, aseveró.
Añadió que, de aprobarse este macrocaso en la Jurisdicción Especial, sería un paso importante para que no se pasen por alto estos casos y así hacer un llamado a los grupos disidentes para detener estos delitos en el conflicto.
“La JEP tiene que entender la grandeza de la sentencia de la Corte Interamericana donde dice que Colombia no puede pasar por alto y dejar en la impunidad los miles de casos de violencia sexual. Si la JEP asume que debe haber un macrocaso, será un llamado muy importante para esas disidencias que hoy siguen usando la violación en el Putumayo, el Meta, Arauca, y que lamentablemente las niñas siguen quedando enredas en estas circunstancias. Sería un mensaje de justicia”.
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