Gobierno esperará a enero para definir futuro de Air-e en medio de malabares financieros

El Gobierno se va a tomar hasta el 11 de enero del próximo año para definir si Air-e se liquida o si la administración de Gustavo Petro le va a apostar a la recuperación de la compañía. Mientras hay una decisión definitiva la compañía está haciendo malabares financieros y esperando recursos del gobierno para pagos urgentes.

A pesar de que ya se completaron dos meses desde la intervención de Air-e, el Gobierno todavía no ha decidido formalmente será el futuro de la compañía y la finalidad de la intervención. Por ley la Superservicios puede intervenir una empresa de servicios públicos para liquidarla o para administrarla y recuperarla.

La decisión está demorada, entre otras cosas, porque en estos dos meses salió de su cargo el agente interventor Carlos Diago, pero también el superintendente Dagoberto Quiroga.

El pasado 7 de noviembre el nuevo agente interventor, Edwin Palma, envió una comunicación a la Superservicios pidiendo más plazo para entregar la información que se necesita para tomar la decisión final.

"Si bien hay avances sobre el particular, de manera atenta se solicita la extensión del plazo para la presentación de dicha información, considerando mi reciente posesión en el cargo de agente especial y la necesidad de revisar en detalle planes, actividades, proyectos y proyecciones", escribió Palma.

Mientras se toma una decisión definitiva Air-e está haciendo malabares financieros para sobrevivir. Por ejemplo, está esperando el desembolso de unos 100 mil millones de pesos de la Superintendencia de Servicios Públicos para pagarle a las generadoras de energía. Además, está a la expectativa de que el Ministerio de Hacienda le entregue 150.000 millones en la segunda semana de diciembre para cubrir el costo de los subsidios a los estratos 1, 2 y 3.

Si Air-e no paga a las generadoras mañana no va a entrar en apagón, ya que hay una medida del Gobierno que protege a la compañía de que eso ocurra. Sin embargo, eso sí podría dificultar aún más las posibilidades de una recuperación financiera y de lograr acuerdos para la compra de energía por fuera de la bolsa.