En una conversación organizada por la Organización Recon sobre la regulación de drogas, el expresidente Juan Manuel Santos insistió en pensar si la prohibición es una salida válida o si habrá que insistir en una regulación, pues calificó de fracaso lo que se ha hecho en la materia y afirmó que es hora de que el país dé un vuelco de pensamiento y trabajo.
“Parte del problema que tenemos es la dificultad para transmitir el mensaje de la regulación de las drogas versus el mensaje y la herramienta política de la mano dura que es mucho más atractiva y eficaz, en el punto de vista electoral y político. Todo salió de las palabras mágicas: prohibir y reprimir”, dijo Santos.
Explicó que la prohibición en Colombia es algo histórico y, aseveró, que tantos años después de la conquista, Colombia continúa en el centro del problema.
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“Todas las recomendaciones que han salido de Naciones Unidas, de Estados Unidos, se han seguido por parte de Colombia con un costo altísimo, sin embargo, sigue siendo el país primero en producir y exportar coca a los mercados internacionales: esa es la prueba reina del fracaso y continúa”, añadió el nobel de paz.
Dijo el exmandatario que Colombia “se estrelló en Naciones Unidas” con países enfocados en la prohibición y que difícilmente se pudo avanzar más allá en introducir los conceptos de derechos humanos y de salud pública en la lucha contra las drogas y lamentó que no se pudiera seguir avanzando.
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Explicó, además, que en el país hay iniciativas que se han querido adelantar, pero que ya ha pasado tiempo. Destacó un proyecto de ley presentado hace cuatro años sobre el cannabis por parte de Juan Manuel Galán, un impulso del entonces ministro de salud Alejandro Gaviria y a hoy, al contrario, la lucha contra las drogas, consideró, no ha dado los frutos esperados.
“La lucha contra el narcotráfico tiene muchos eslabones: la producción, el tráfico, elaboración, la venta y el consumo. Cada uno debe ser atacado de acuerdo con sus condiciones y no se puede generalizar a toda la cadena porque ahí se equivoca. No podemos considerar al campesino cocalero como un delincuente; es una víctima de una mala guerra que hace 50 años el mundo estableció. No podemos señalar al consumidor como un delincuente, sino como una persona que necesita ayuda, por eso la importancia de la salud pública”, dijo Santos.
Mientras tanto, expresó que, frente a la situación de los carteles, hay que considerar que el crimen organizado está relacionado, incluso, con el tráfico de animales, personas y otros tantos delitos y cuestionó a aquellos países que más “pregonan” por la prohibición. Y allí, una fuerte crítica a Donald Trump.
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“Vemos contradicciones como la del señor Trump, que hace frente a los países que les exige que disminuyan la violencia y la producción de coca, pero al mismo tiempo se retira del tratado de control de armas para poder venderle más armas a los países que producen la droga. Este mundo está lleno de contradicciones en una guerra totalmente fracasada. Hay que insistir en la pedagogía para que la gente entienda la lógica de que la prohibición es el origen de gran parte de los problemas”, agregó.
“En el caso colombiano lo que tenemos que hacer y ojalá podamos convencer a los actores políticos, (que ha sido difícil) es que tenemos que continuar en el camino de decirle al mundo que la prohibición es el peor de los caminos y que la regulación hará que el problema sea más manejable, pues los mercados no van a desaparecer mientras exista consumo. Entonces al mercado hay que regularlo y eso nos va a permitir quitarle la plata maldita, la plata sucia al crimen organizado que es el que genera la violencia enColombia , producto del tráfico de drogas”, destacó.
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Dijo que Colombia tiene toda la autoridad moral para seguir dando la discusión, pero que hoy, al contrario, el Gobierno actual está a discreción de lo que diga el departamento de Estado de los Estados Unidos y que la intención de ese país será volver a épocas de Nixon o Reagan con “mano dura” y “guerra contra las drogas”, pero que al final resultaría inefectivo y de nuevo, en fracaso.