Por la matanza de Trujillo, el Estado fue condenado en 1995 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo que obligó al entonces presidente, Ernesto Samper, a pedir disculpas públicas.
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Por la matanza de Trujillo, el Estado fue condenado en 1995 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo que obligó al entonces presidente, Ernesto Samper, a pedir disculpas públicas.
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