Continúa la lucha de las Fuerzas Militares para contrarrestar la minería ilegal en el país. El último golpe fue por parte de la fuerza de tarea conjunta Hércules que logró intervenir en 16 unidades de producción de esta actividad ilegal en la zona rural de Magüi Payán y Roberto Payan, subregión del Telembi en Nariño.
El brigadier general Carlos Alberto Padilla, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido N°2, dijo a Blu radio que durante la operación militar se logró incautar y destruir ocho retroexcavadoras y dos motores, avaluados en más de 3.600 millones de pesos, utilizados en la minería ilegal, sin embargo, no se registraron capturas de personas.
El oficial dijo que, como parte de las labores de protección del medio ambiente, se logró una reducción del impacto ambiental en un área estimada de cinco hectáreas, donde los criminales removieron cerca de 45.000m³ de tierra y generaron una desforestación de más de 30.000 árboles.
A su vez, Padilla señaló que, las autoridades ambientales, estiman que la recuperación de este grave daño tendría un valor aproximado de 750.000 millones de pesos y un tiempo de 20 a 30 años para lograr su reforestación.
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Además, advirtió que este duro golpe a la minería ilegal, se logró después de varias semanas de planeación con inteligencia militar, la cual ayudó a determinar dónde estaba dándose esta actividad ilícita.
“La actividad era llevada a cabo en el área rural de las verdad de Palo Seco y Gorgona, en Nariño, allí, llegaron las tropas de la fuerza de tarea conjunta Hércules, quienes pusieron fuera ocho retroexcavadoras y tres motores tipo Cumming, los cuales generaban una producción mensual de cerca de 10 kilogramos de oro, lo que dejaba rentas ilícitas de más de 2.500 millones de pesos”, informó el brigadier.
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Las tropas llegaron en helicópteros muy temprano al lugar, en donde, por desgracia, se encontraron un panorama desolador, pues las graves afectaciones del medio ambiente eran notorias. Ante eso, el objetivo fue contrarrestar esta problemática de explotación minería ilegal que se realizaba de manera antitécnica y sin los debidos permisos requeridos.
El brigadier Padilla insistió que la contaminación ambiental en la zona es muy grave; por eso, las unidades militares mantendrán su trabajo interinstitucional que permita articular, de forma precisa, la actuación durante las operaciones que se despliegan en toda la zona del Pacifico.
En lo corrido del año 2023, este es uno de los golpes más duros contra la minería legal. La Fuerza de Tarea Conjunta Hércules seguirá desplegando todas sus unidades en el Pacífico Nariñense y, además, seguirá realizando operaciones para ratificar su compromiso con la preservación y defensa del agua, la biodiversidad y los recursos naturales, de la región.
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