La delegación del Gobierno en la mesa con el ELN está estudiando de manera detallada su postura frente al congelamiento de las negociaciones con la guerrilla y próximas decisiones luego de que no se prorrogara el cese al fuego el pasado tres de agosto. En diálogo con Blu Radio, Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), abordó las complejidades y desafíos actuales en las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El pasado sábado tres de agosto se finalizaba el cese al fuego bilateral, al menos que se acordara una prórroga, algo que no se dio, lo que podría arriesgar los diálogos entre el Estado y ese grupo guerrillero.
Bonilla, aclaró que la actual crisis en la negociación no es nueva. “Es la misma crisis que hay en la mesa”, afirmó, señalando que esta situación se origina con la decisión del frente Comuneros del Sur de actuar de manera independiente y empezar una negociación aparte con las autoridades en Nariño. “Es una crisis de confianza en la mesa”, enfatizó.
Uno de los puntos cruciales que la Fundación Pares destaca es la necesidad de que el Gobierno se siente a conversar seriamente sobre el futuro del proceso de paz. Considera que el ELN ha tomado demasiada iniciativa en la mesa, mientras que el Gobierno ha respondido de manera reactiva, lo cual ha complicado el proceso. “El Gobierno debe tener una postura clara y líneas específicas”.
La relación entre el ELN y el frente Comuneros del Sur es tensa. Bonilla explicó que el frente Comuneros del Sur ha decidido negociar directamente con la gobernación de Nariño , lo cual ha sido interpretado por el ELN como una traición y un desacato a su Comando Central (COCI). Esta situación ha llevado al ELN a desconocer al frente Comuneros del Sur y a acusar al Gobierno de fomentar la división dentro de la guerrilla. “Incluso los acusan de ser un grupo paramilitar”, añadió Bonilla. Sobre esos diálogos regionales en Nariño, José Félix Lafaurie, negociador del Gobierno en la mesa, ha expresado que esos diálogos deben continuar porque lo están liderando las mismas comunidades que han vivido en carne propia el conflicto y la violencia.
Publicidad
Pares también resaltó problemas estructurales en el proceso de paz. La premisa de que lo negociado se debe cumplir de inmediato ha demostrado ser ineficaz. “El Estado es lento”, mencionó, citando el ejemplo de la Universidad del Catatumbo, que en dos años de Gobierno aún no ha sido construida. Esta lentitud en el cumplimiento de los acuerdos ha mantenido al país en un estado de tensión armada permanente, según Bonilla.
La delegación del Gobierno en la mesa con el ELN está estudiando de manera detallada su postura frente al congelamiento de las negociaciones con la guerrilla y próximas decisiones luego de que no se prorrogara el cese al fuego el pasado tres de agosto.
Publicidad