Las Farc asumieron, nuevamente, la responsabilidad del asesinato deÁlvaro Gómez Hurtado en 1995. Pidieron perdón y justificaron el crimen diciendo que se debió al pasado de su padre, el expresidente Laureano Gómez y la violencia contra el partido liberal en los años 50.
A través de una carta, dirigida al exministro Álvaro Leyva, Rodrigo Londoño, excomandante de ese grupo armado ilegal, manifestó que desde niño escuchó hablar de la violencia liberal conservadora de los años 50 y del papel desempeñado en ella por el doctor Laureano y su hijo, Álvaro Gómez Hurtado.
Dice Rodrigo Londoño en su comunicación que, en las Farc, este último político aparecía como “el senador que había incendiado el Congreso de la República, clamando por el exterminio de las llamadas repúblicas independientes”.
“No resultaba difícil alimentar ideas y sentimientos negativos hacia él. Es el grave peligro del sectarismo en política”, escribe Londoño en la carta.
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Es el mismo perdón que le pedimos a la familia Gómez, al partido conservador, al país, a toda la gente de buena voluntad que pueda haberse sentido lesionada por nuestra conducta.
En la misma carta, Timochenko pide perdón a la familia Gómez: “Es el mismo perdón que le pedimos a la familia Gómez, al partido conservador, al país, a toda la gente de buena voluntad que pueda haberse sentido lesionada por nuestra conducta.”
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Nuevamente las Farc asumieron el crimen del exministro Gómez Hurtado y se comprometieron a esclarecerlo ante la JEP y la Comisión de la verdad: “Efectivamente, fuimos las FARC-EP las únicas responsables del execrable hecho de haber privado de su vida al doctor Álvaro Gómez Hurtado. Y la Jurisdicción Especial para la Paz, así como la Comisión de la Verdad, recibirán de nosotros los elementos que pueden acreditarlo”-
Además, Rodrigo Londoño va más allá en la carta y explica que por el contexto histórico que vivía el país en los años 90´s no se permitió dar claridad al asesinato del líder conservador gracias a los enfrentamientos entre la Fiscalía y la clase política.
“También se cegó el Establecimiento, que se encarnizó en mutuos reproches y sindicaciones que alcanzaron niveles sorprendentes. Investigar la verdad pasó a segundo plano, ante la urgente necesidad de demostrar que el culpable era el que se quería”, dice.
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Dice Londoño que las Farc callaron al verlos enfrentados, “esperando que las contradicciones desatadas en las alturas terminaran por echar abajo los pilares del régimen”.
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Esta carta dirigida al ex ministro Álvaro Leyva, es la segunda oportunidad que tiene las Farc para salir públicamente a asumir la responsabilidad del crimen contra Álvaro Gómez Hurtado, pero esta vez explica los motivos que llevaron a cometer el magnicidio que en noviembre cumplirá 25 años.