En una reciente entrevista con Blu Radio, el exagente interventor de Nueva EPS , reaccionó ante los cuestionamientos lanzados por la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud, Adres, respecto al retraso en la presentación de facturas, que ha dejado un saldo pendiente de 300.000 millones de pesos. Según Adres, durante cinco meses, la Nueva EPS no presentó ni una sola factura ante la entidad, lo que dificultó la gestión de los pagos.
El exinterventor, Julio Rincón, explicó que la razón por la cual no se radicaron las facturas fue un proceso de depuración y auditoría. “No sirve presentar ninguna factura si no está auditada correctamente. Preferí no entregar facturas que no estaban auditadas antes que pagar lo que no correspondía”, afirmó, enfatizando que el proceso de depuración no solo involucraba los aspectos financieros, sino también la mejora en los sistemas de información de la EPS.
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“Faltó presentar más facturas de propuesto máximo. Nosotros estamos en un proceso de depuración de cuentas con toda la regla, incluye esto facturas de propuesto máximos. La nueva EPS tiene todavía unos recursos ya disponibles para hacerlo y estamos en el proceso. (…) A ellos, en un momento dado, pues ya esperaba que en el mes de diciembre tuviéramos ya mayor claridad de toda la facturación de este año, luego le identificaban facturas doblemente presentadas, doblemente procesadas, y para eso se hicieron diferentes contratos con empresas especializadas para poder verificar las facturas. De momento dado, yo preferí no entregar las facturas, no presentar facturas que no están auditadas antes que pagar lo no debido”, señaló el exinterventor.
De acuerdo con su respuesta, la Nueva EPS sigue en un proceso de ajuste en sus sistemas tecnológicos y contables, y está implementando un sistema de inteligencia artificial para asegurar la veracidad de las facturas que se presentan.
Julio Rincón, también aclaró que la falta de claridad en las facturas, incluyendo la duplicación de algunas de ellas, obligó a contratar empresas especializadas para verificar su autenticidad. Además, destacó que la EPS tiene recursos disponibles para pagar las facturas, pero que su prioridad es asegurar que no se pague de más ni por conceptos incorrectos.
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El agente también había sido cuestionado por el incumplimiento de la entrega de informes financieros, estipulados en la circular única 47 de 2007 de la Superintendencia Nacional de Salud, el exinterventor defendió su gestión. Según él, el cambio de interventor y las acusaciones de incumplimiento no son precisas, pues las inconsistencias que encontró en los estados financieros de la administración anterior, particularmente los del año 2013, le impidieron certificar la información como veraz.
“El señor presidente tiene la potestad de cambiar a los interventores. Lo que no tiene es la potestad de, de esa forma, sacar argumentos que no son verdaderamente válidos. Los argumentos que el interventor del señor presidente dio para cambiar interventores no son ciertos. La información que menciona, que le entregó, nosotros hicimos recurso de recolección el día de hoy, demostrando que el ciento por ciento de la información la entregaron en su momento. (…) Lo que yo decía, era que había inconsistencias en la información disponible, y que había una cantidad de situaciones que no eran creíbles. Por eso, yo me negué a finalizar los certificados de los estados financieros, porque no podía dar como cierto algo que estaba denunciando que no era creíble", indicó.
El exinterventor resaltó que el proceso de mejora en la gestión financiera y operativa de la EPS continúa, con la contratación de grandes empresas tecnológicas para mejorar el sistema logístico y de facturación. En su opinión, la falta de confianza en los sistemas de facturación anteriores fue uno de los factores que contribuyó a la salida de varios empleados clave dentro de la entidad.
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Este cruce de declaraciones subraya las dificultades persistentes en la Nueva EPS, una entidad que, según el exinterventor, aún enfrenta serias limitaciones en términos de infraestructura tecnológica y control financiero, a pesar de los esfuerzos por corregir la situación.
A pesar de ser la entidad de salud más grande del país, la Nueva EPS continúa enfrentando serias dificultades, especialmente en lo que respecta a la atención a los afiliados y la dispensación de medicamentos. Estos problemas persisten, afectando la calidad del servicio que reciben millones de colombianos.