El pasado lunes 8 de abril, encapuchados se tomaron el edificio Uriel Gutiérrez de la Universidad Nacional. En este edificio se desarrollan actividades administrativas de la Universidad y funciona la rectoría. La protesta, según estudiantes, es por el descontento con la elección del rector del alma mater.
La toma del edificio fue violenta y se pueden observar carteles colgados en la parte superior, los cuales poseen varios letreros que dicen: "Todo el poder para la asamblea. Universidad Nacional sin rector.
Por otro lado, la acción generó daños en la infraestructura. Con elementos contundentes, estas personas rompieron puertas, vidrios, torniquetes, dispensadores de alimentos, entre otros. Los trabajadores y funcionarios, además, fueron intimidados y desalojados del edificio.
Por esta eventualidad perjudicial para la Universidad , también se afectó el desarrollo de las actividades financieras, económicas, académicas, de comunicación y la prestación de servicios de salud de Unisalud.
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Así mismo, alteró y retrasó el proceso de las nueve sedes, colocando en riesgo la información, infraestructura y equipos.
Ante esta situación crítica, las directivas de la Universidad Nacional y la comunidad universitaria realizaron un llamado para que los cambios se aborden desde un diálogo constructivo dejando a un lado la violencia, pues esto afecta los procesos institucionales así como la dignidad institucional, los recursos públicos y el patrimonio cultural.
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