La comunidad nudista de Medellín encontró en el 'naked yoga' ('yoga desnudo') una oportunidad para liberarse, desprenderse de ataduras culturales y conectar "sin capas" con el cuerpo y la mente a través de una disciplina que exploran alejados del erotismo y de una manera "no sexual".
El encuentro más reciente, organizado por la Comunidad Nudista Otro Cuento (NOC), tuvo como escenario la Casa Museo Pedro Nel Gómez, donde cerca de 40 personas de distintas edades y perfiles se despojaron de su ropa para dejarse envolver por la experiencia liberadora en una atmósfera artística enmarcada en los murales al fresco y cuadros, algunos alusivos al desnudo, que destacan en el lugar.
Con naturalidad y en un ambiente distendido se fueron uniendo los participantes provistos de una estera, una colchoneta o una toalla para sacudirse esa noche de tensiones, entrar en un estado de paz y realizar varias posturas de yoga para unir el cuerpo con la mente.
"Es la primera vez que hago yoga al desnudo. Fue una experiencia muy gratificante. Sentí paz interior y pude estirar todo mi cuerpo", cuenta a EFE Lizeth Vásquez, una creadora de contenido de 27 años, para la que fue un "privilegio" estar en un lugar "lleno de pinturas" y recibir una clase con instructores "muy abiertos y tranquilos".
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La joven disfrutó de la sesión, que duró un poco más de una hora, al entenderla como una forma de "cogerle amor propio al cuerpo" al estar desnuda "delante de tantas personas sin importar lo que piensen".
Tapete humano
Katherine Moreno, la yogui a cargo de la experiencia, considera que en Medellín se ha despertado el interés por esta disciplina, que hace una década pusieron de moda los alemanes Monika Werner y Joschi Schwarz, cuando crearon en Nueva York el estudio Bold & Naked para impartir clases de yoga a clientes desnudos.
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"Llevo tres años practicando este tipo de yoga en Medellín, donde hay más esfuerzos y promueve estos espacios la comunidad NOC", explica a EFE Moreno, quien ha dictado ya cerca de 20 clases de este tipo.
Para ella, no se trata solo de quitarse la ropa y de estar "sin capas", sino de atravesar por una experiencia que "transforma" en todos los aspectos porque "estamos al desnudo, pero nos olvidamos de eso"; entran en un "espacio de conexión" con el cuerpo y las emociones .
"Lo más lindo de todo es ver todos esos cuerpos, ver ese tapete humano. Al final, no importan las capas", comenta Moreno, quien destaca la "apertura" de las personas que asistieron al museo atendiendo una convocatoria dirigida a los nudistas de la ciudad, en la que los organizadores hacen énfasis en que "no nos reunimos para tener sexo".
"La conexión con las personas es tan pura que nos vemos hacia la cara. Soy ingeniero, pero cuando estoy aquí soy solo un cuerpo desnudo", acota Santiago Ramírez, de 26 años.
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Sin connotación sexual
Daniel Gómez, fundador de la comunidad NOC, relata que han tenido que hacer un trabajo de pedagogía para blindar los eventos que realizan, todos "sin connotación sexual", porque el interés está puesto en compartir en condición de igualdad y camaradería con otros amantes del nudismo .
"La intención es que tengan una buena experiencia. A muchos les cambia la vida", dice a EFE el organizador, y admite que la mayoría llegan "muertos del susto" por sus "prejuicios" y "bloqueos" o porque "piensan que van a tener una erección", pero "todo lo que ocurre es muy positivo, hay una reconexión y se dan cuenta de que no se están desnudando para que los miren".
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Asegura, además, que realizar eventos como yoga desnudo, lectura de poemas y pintura corporal, entre otros, ha hecho que Medellín sea la ciudad donde más actividades nudistas se hacen al año, con más de 3.800 participantes.