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"En el Catatumbo no se ha vivido un día en paz desde hace cuatro décadas": experto

Jhon Jairo Jácome, periodista y profesor universitario, analiza la crisis en el Catatumbo: 40 años de violencia y dominio del ELN.

Violencia en el Catatumbo
Violencia en el Catatumbo
Foto: AFP

La región del Catatumbo , ubicada en el departamento de Norte de Santander, ha sido escenario de violencia constante durante más de 40 años. La presencia de cultivos ilícitos, grupos armados ilegales y la ausencia efectiva del Estado han convertido esta zona en un epicentro del conflicto armado en Colombia.

En una entrevista para Sala de Prensa, Jhon Jairo Jácome, periodista y profesor universitario, expuso una radiografía completa de esta crisis humanitaria que parece no tener fin.

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Jácome destaca que el origen del conflicto en el Catatumbo está intrínsecamente ligado a los cultivos de coca. "Desde mediados de los años 80, cuando las Farc llegaron a la región, trajeron consigo los cultivos de coca, lo que marcó el inicio de décadas de violencia. Desde entonces, no ha habido un solo día de paz en el Catatumbo", afirmó el periodista.

Según cifras recientes del gobernador William Villamizar, actualmente hay más de 54.000 hectáreas de coca sembradas en la región, lo que perpetúa la violencia y dificulta cualquier intento de estabilización.

Además, Jácome cuestiona el papel del Estado, señalando que la región ha sido históricamente ignorada por los gobiernos de turno. "El Catatumbo albergaba una gran esperanza con la llegada de un Gobierno de izquierda como el del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, promesas como la construcción de la Universidad del Catatumbo o el fortalecimiento del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS) se han quedado en el aire", puntualizó.

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La firma del acuerdo de paz con las Farc en 2016 dejó un vacío de poder que fue rápidamente ocupado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según Jácome, este grupo armado se ha convertido en la fuerza hegemónica de la región. "En el Catatumbo no se mueve nada sin la autorización del ELN. Su dominio es total, desde los 11 municipios que conforman la región hasta los peajes ilegales en las carreteras", explicó.

El periodista también denunció cómo el ELN ejerce control económico mediante extorsiones a empresas y habitantes locales, incluso llegando a secuestrar a ingenieros para exigir rescates millonarios.

Hace algunos años, en el corregimiento de La Gabarra, secuestraron al ingeniero encargado de construir un megacolegio. Pedían 400 millones de pesos para liberarlo

Una de las promesas más ambiciosas del presidente Gustavo Petro fue la implementación de la "paz total", un enfoque que busca negociar con todos los actores armados en el país. Sin embargo, Jácome considera que esta estrategia no ha dado los frutos esperados en el Catatumbo. "El ELN ha demostrado ser experto en dilatar procesos. Mientras el Gobierno apostaba por el diálogo, ellos aprovecharon para fortalecerse y sembrar más coca", indicó.

Los comandantes de las tropas en la región se ven atados de manos porque no pueden actuar contra un grupo con el que el gobierno está dialogando. Esto ha permitido que la violencia escale sin control

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La proximidad del Catatumbo a la frontera con Venezuela agrava aún más la situación. Según Jácome, el ELN opera con total libertad en el lado venezolano, donde actúa como un grupo paramilitar al servicio del régimen de Nicolás Maduro. "En estados como Táchira y Zulia, el ELN no solo controla el territorio, sino que ha permeado profundamente las comunidades, incluso repartiendo cartillas en escuelas públicas para imponer normas de comportamiento", denunció.

Cuando se le preguntó si hay esperanza para la región, Jácome respondió con pesimismo. "A largo plazo, solo habrá soluciones si cambian dos factores: la muerte de la actual comandancia del ELN y un cambio político en Venezuela que desarticule el apoyo que este grupo recibe del régimen chavista. Mientras eso no pase, el panorama seguirá siendo sombrío", afirmó.

Sin embargo, el periodista cree que hay acciones inmediatas que pueden marcar una diferencia. "El Estado debe retomar el control de los cascos urbanos y corregimientos clave, algo que sí es posible con una decisión política firme. Es indispensable garantizar la presencia estatal para proteger a los habitantes de la región", concluyó.

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