Los hechos de violencia contra la mujer no paran en Colombia. Un nuevo caso de feminicidio se registró en un parque de la localidad de Bosa, en el sur de Bogotá, cuando un hombre atacó a su pareja disparándole nueve veces en varias partes de su cuerpo. La mujer fue auxiliada y llevada a un centro hospitalario de esa localidad, en donde le salvaron la vida.
Después de este suceso, un juez mandó a la cárcel al hombre; pero el Tribunal de Bogotá lo dejó libre porque la víctima no denunció. Según se conoció, la mujer no interpuso acciones legales debido a que tuvo miedo de las amenazas de las que estaba siendo víctima ella y su familia por parte de su cónyuge.
El porqué de la decisión del Tribunal para dejar al hombre en libertad fue el motivo por el que Natalia Barraza, abogada de la Universidad Nacional, estudió el enfoque de género que tienen los jueces al fallar en casos de feminicidio.
“Me interesó mucho ese caso porque pasa por encima cuestiones de violencia de género que padeció la víctima lo largo de su relación con el procesado (…) Algo está pasando y analizamos cómo están fallando los jueces en caso de feminicidio”, dijo Barraza.
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El problema que identificaron en ese caso es que el juez, en una aparente neutralidad, "terminó soslayando el contexto de violencia a la que ha sido sometida la mujer, incluso después de la condena delictiva y del procesamiento impidiendo que ella declare”, dijo la abogada.
Además, aseguró que esto “esconde realmente una parcialización, una ceguera ante un problema concreto de violencia sistemática, psicológica que termina reproduciendo una forma de violencia institucional”.
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Barraza, quien además es estudiante de la Maestría en Derecho de la Universidad Nacional, analizó las sentencias del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá y lo que se encontró es que sí hay estereotipos y prejuicios a la hora de fallar, que demeritan las agresiones físicas y psicológicas de la mujer a lo largo de la relación sentimental.
“Lo que encontramos es que no hay una implementación consistente del enfoque de género, aún persiste una brecha del 31,8% en la cual no hay ninguna aplicación del enfoque”, denunció.
Y es que según la Corporación Sisma Mujer, en 2021 la Fiscalía General de la Nación reportó 488 feminicidios, de los cuales 215 llegaron a etapa de indagación, 165 a juicio, 67 a investigación, y apenas 35 a ejecución de penas. Por lo que el estudio de la Universidad Nacional concluye que “ese resultado estaría asociado con la presencia de estereotipos de género en las decisiones de los jueces durante los procesos penales”.
Entre tanto, la ley colombiana, desde 2015 cuenta con la Ley 1761, o Ley 'Rosa Elvira Cely', que busca tipificar el feminicidio como un delito autónomo y, de esta manera, prevenir y sancionar todo acto violento cometido hacia la mujer por su identidad de género.
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Sin embargo, siete años después de la entrada en vigencia de esa ley, organizaciones como el Observatorio Colombiano de Feminicidios de la Red Feminista Antimilitarista han denunciado que los casos de feminicidios siguen siendo alarmantes. Entre enero y septiembre de 2022 se han reportado 445 casos en el país, en los que las mujeres han terminado muertas.
La investigación de la abogada Barraza hizo parte del trabajo de Centro de Estudios Procesales (Cendepro), que también se ha caracterizado por hacer observación a los estereotipos de género en las decisiones de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia durante los últimos 10 años.
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