Fernando Estrada, quien es propietario de una empresa de seguridad, se disfraza de Papá Noel cada año para llevar, junto con las damas del voluntariado del hospital San Ignacio, fiestas y regalos a los niños enfermos de cáncer y adultos mayores.
Su espíritu de servir y poder brindar alegría a otras personas, que están afrontando situaciones difíciles, es lo que desde hace mucho tiempo le ha llevado a cumplir esta labor, que se vio interrumpida por la pandemia.
Esta noble labor es apoyada por un grupo de 12 voluntarios de la Asociación Voluntarios de Apoyo Humanitario, encabezados por Blanca Helena Reyes, quien explica que el objetivo es que estas personas se olviden un momento de las enfermedades que padecen para darle rienda suelta a la alegría que ofrecen payasos, juegos y entretenimiento.
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“La misión es transformar los ambientes donde se encuentran los pacientes y los cuidadores, a través de estrategias como el arte y lo lúdico para hacer que esos espacios sean agradables, donde se genere bienestar. También somos voluntarios que escuchan al paciente dado que son personas que están en fin de vida”, explica la presidenta del voluntariado.
Este grupo trabaja de la mano de la facultad de Literatura y de Artes de la Universidad Javeriana. Precisamente, a estas actividades se vinculan estudiantes universitarios en un programa denominado ‘voluntarios por un día’ para llevar a cabo las actividades lúdicas de cuentos, poesías o presentaciones musicales, que sirven para hacer menos dolorosa la condición de salud en la que se encuentran estas personas.
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