Tras frustrar un nuevo intento de atentado que el ELN pretendía cometer contra la fuerza pública y la población civil en Norte de Santander, los soldados del Ejército evidenciaron una nueva modalidad para facilitar su actuar delictivo.
El hallazgo ocurrió en zona rural del municipio de Sardinata, donde los ilegales escondieron más de seis cilindros cargados con artefactos explosivos, aproximadamente 20 libras según las indagaciones preliminares.
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Sin embargo, cuando el grupo de Manejo de Artefactos Explosivos acordonó el lugar para controlar el riesgo, encontraron que estos tenían un sistema de activación por cable de mando conectados a dos flashes de una cámara.
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Según la revisión preliminar, esto sería una nueva práctica que permitiría la activación del explosivo con sistemas artesanales fotosensibles usando la energía producida por los equipos fotográficos.
Esto, además, sería una estrategia para evitar que el atentado sea evitado por parte de la fuerza pública pues, al tratarse de elementos pequeños, se pueden ocultar entre la maleza.
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