A pocos días de las elecciones presidenciales, el Ejército dio un duro golpe a las disidencias de las Farc en la frontera con Venezuela . Una gigantesca fábrica de explosivos fue destruida, en este lugar producían entre 500 y 600 artefactos cada semana, entre ellos minas antipersona, detonadores y sustancias químicas, los cuales eran instalados para realizar acciones terroristas en contra de la población civil y la fuerza pública.
"En los próximos comicios electorales este grupo armado organizado no va a poder emplear estos artefactos explosivos para atentar contra la población civil, las estructuras críticas del Estado y el Ejército Nacional", aseguró el general Jorge Eduardo Mora López , comandante de la octava división del Ejército Nacional.
La operación militar la realizó el Ejército, en conjunto con la Armada Nacional y la Policía, en Puerto Rondón, Arauca. La fábrica clandestina, al parecer, pertenecía a las disidencias de las Farc, conocidas como estructura 10 Martín Villa.
Soldados expertos en manejo de explosivos, cumpliendo los protocolos de seguridad, destruyeron de manera controlada estas estructuras, empleando los métodos de detonación y combustión.#SomosSuEjército pic.twitter.com/IHGCCmww6T
— Octava División del Ejército Nacional (@Ejercito_Div8) June 16, 2022
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“En su interior fueron hallados 540 detonadores para la activación de explosivos, 1.000 metros de cordón detonante, tres municiones de fabricación improvisada, una tonelada de nitrato de amonio, 100 kilogramos de polvo de aluminio, 80 tarros de pólvora negra, 87 tacos de explosivo, 12 minas antipersonales con sistema de activación, 300 metros de cable dúplex, un medio de lanzamiento, así como abundante material para la fabricación de artefactos explosivos, material de guerra e intendencia”, informó el Ejército Nacional.
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La construcción clandestina podía alojar hasta 80 terroristas. Fue construida cerca de un río y adecuada con dos estructuras en madera y paja. Además, contaba con hornos y soportes metálicos para ser utilizados como cocina para la preparación y destilación de sustancias químicas. Para levantar la infraestructura, talaron la mayoría de las palmas de la zona, lo que ocasionó un grave daño ecológico.
La institución aseguró, “ingresaron técnicos antiexplosivos y mediante una minuciosa inspección del terreno, cumpliendo los protocolos internos de seguridad, se acordonó la zona y se llevó a cabo su destrucción de manera controlada, empleando los métodos de detonación y combustión”.
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