En la calle 30 con carrera 2, en pleno centro de Montería, se encuentra el quiosco de Richie Rey, un vendedor que lleva 52 años en la informalidad y que es uno de los más de 50 vendedores informales que tiene la capital de Córdoba.
"En Montería llevo 52 años viviendo y trabajando informal llevo 51 años aquí en la calle 30 con carrera 2”, dice este hombre que mide al menos 1.60, de piel morena y con acento cordobés.
En esta ciudad, el 60 % de los trabajos que hay son informales y esa realidad es palpable caminando por las calles. Sin embargo, las condiciones laborales de estos trabajadores no son las mejores: "Uno tiene que estar preparado para todo lo que se presente, como aguaceros, temperaturas altísimas que sobrepasan los 40 grados”, dice Richie Rey.
Unas cuadras más allá, en la calle 35 con carrera segunda, se encuentra la meca del trabajo informal en Montería. Allí, son decenas de puestos informales que venden desde zapatos, relojes, correas, hasta antigüedades y tratamientos para bajar de peso: "No tenemos todavía los mejores puestos porque estamos aquí en la calle, al agua, al sol”, dice uno de los comerciantes.
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Al tiempo de que otro menciona: "Buscamos que en cada Gobierno se mejoren las cosas, pero nada. Seguimos ahí en la misma lucha todavía”.
Luis Martínez, director ejecutivo de Fenalco Córdoba, dijo que lo preocupante es quiénes están trabajando en esta modalidad: "La informalidad es mayoritariamente de jóvenes, que son oportunidades se dedican al negocio informal. Son tan frágiles los modelos de negocio que estos jóvenes terminan frustrados y fracasados en sus emprendimientos y esto es un caldo de cultivo para los grupos criminales”.
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En Montería el índice de informalidad es bastante alto, 10 puntos por encima de la media nacional, esto en últimas termina impactando la desviación de los recursos públicos je podrían ser invertidos en ayuda social, pero también cada vez son más los ciudadanos que tienen que vivir del rebusque para sobrevivir económicamente.
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