Resistir no es aguantar: es el último informe que entregó la Comisión de la Verdad, el cual narra que, el conflicto armado en Colombia fue racista. Según el mismo, el 60% de los pueblos indígenas están en peligro de extinción.
Las personas que participaron en estos actos delincuenciales aún conservan el racismo colonial. Esta es una de las razones por la que violencia afectó tanto a los pueblos raizales, indígenas y afro en Colombia.
La Comisión de la Verdad aseguró que el Estado no cumplió con su obligación de proteger a los pueblos étnicos en Colombia.
“El Estado ha incumplido su obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos de todos los ciudadanos; sin discriminar, ni revictimizar a ningún sector de la población, ya sea por su color de piel, etnia o ubicación geográfica”, informó la entidad.
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El racismo estructural ha llevado a que incluso no exista una información concreta sobre los pueblos étnicos y la violencia que han vivdo. Asimismo, no solo las personas sufrieron sino también lo hicieron sus territorios.
“Sufrieron múltiples daños y fueron profanados por el accionar violento de los grupos armados. Esto en asocio con sectores económicos o políticos que se beneficiaron del conflicto”, añadió el informe.
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Las comunidades étnicas en Colombia sufrieron todo tipo de delitos: masacres, homicidios, tortura, desaparición forzada, reclutamiento, entre otros. Los principales culpables fueron la guerrilla, los paramilitares e incluso agentes del Estado.
La Comisión de la Verdad le solicitó al Gobierno “promover la recuperación del tejido social”, esto con el fin de proteger la diversidad étnica y cultura afectada por el conflicto armado: “Priorizar la construcción de la confianza cívica entre ciudadanos e instituciones. Centrar la construcción de paz y reconciliación mediante el empoderamiento y fortalecimiento de capacidades en las comunidades, organizaciones y liderazgos sociales”.
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