La gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, hizo un llamado urgente este lunes en entrevista con Mañanas Blu, con Néstor Morales, para atender la crisis humanitaria que atraviesa el departamento. Según Córdoba, el 87% de los habitantes del Chocó se encuentran afectados por las inundaciones causadas por un fuerte temporal de lluvias, agravado por un paro armado del ELN que dificulta la entrega de ayuda humanitaria en las zonas más golpeadas.
Inundaciones sin precedentes
El impacto de las lluvias en el Chocó ha sido devastador. La gobernadora informó que más de 37.000 familias han sido damnificadas y explicó que las lluvias constantes provocaron el desbordamiento de las principales cuencas fluviales del departamento.
Este fenómeno ha afectado tanto a los ríos Baudó, Atrato y San Juan como al litoral Pacífico, dejando a miles de personas sin cultivos, viviendas y pertenencias básicas.
“Perdimos dos cosas muy importantes para las familias: los enseres de las viviendas y los cultivos. Lo más grave es que no contamos con seguridad alimentaria por lo menos de aquí a seis meses”, indicó Córdoba.
#SOSChocó
— Nubia Carolina Córdoba-Curi (@NubiaCarolinaCC) November 9, 2024
Las lluvias ininterrumpidas de las últimas 72hrs han agravado los niveles de los ríos que ya venían afectados. El Chocó está bajo el agua‼️
Nos han reportados afectaciones en el 85% del territorio. 25 de nuestros municipios están lidiando con desbordamientos,… pic.twitter.com/pvFYsKUewT
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En el caso del río Baudó, una de las cuencas más afectadas, el caudal arrasó con los cultivos y dejó desolados a los habitantes de Alto Baudó. La situación se repite en otras zonas rurales, como en Bojayá, donde las inundaciones destruyeron caseríos enteros, obligando a la población a huir de sus hogares en búsqueda de refugio.
Paro armado del ELN obstaculiza la ayuda humanitaria
El reciente paro armado anunciado por el ELN ha complicado la entrega de ayuda humanitaria. La gobernadora expresó su preocupación por las comunidades del Litoral del San Juan, uno de los municipios más afectados, donde solo es posible acceder por el río San Juan, actualmente bloqueado por las acciones del grupo armado.
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Córdoba detalló la gravedad de la situación: “Es crítico cómo el paro armado interfiere con la atención humanitaria. La gente intenta salir para conseguir alimentos y combustibles, pero los devuelven sin permitirles abastecerse”.
La gobernadora también subrayó que ni el ELN ni el Clan del Golfo respetan los acuerdos humanitarios que protegen a la población civil, lo que ha complicado aún más la respuesta a la emergencia.
Sin opciones de desplazamiento y en condiciones cada vez más precarias, los habitantes de las zonas afectadas quedan expuestos a la inseguridad y a la falta de provisiones básicas.
Coordinación insuficiente con el Gobierno Nacional
Al ser consultada sobre la asistencia del Gobierno Nacional y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), la gobernadora fue enfática en que la ayuda ha sido insuficiente. Córdoba señaló que la UNGRD ha enfrentado dificultades administrativas y financieras durante el año, limitando su capacidad de respuesta ante las emergencias en el Chocó.
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Hemos pasado por cuatro emergencias graves este año sin poder contar con la complementariedad oportuna de la Unidad de Gestión del Riesgo. Las emergencias no dan espera, y esta es la unidad que debería coordinar la acción del Estado
Ante la magnitud de la crisis, el presidenteGustavo Petro ha declarado la emergencia nacional, lo cual permite que todos los ministerios del Estado intervengan en la atención del desastre. Según la gobernadora, esta medida debería facilitar la intervención de otros sectores, como el transporte y la infraestructura, para lograr mejoras en las vías fluviales, que son esenciales en una región donde los ríos son las principales rutas de comunicación.
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Retos en la prevención de desastres y la seguridad
La gobernadora Córdoba enfatizó que es urgente replantear el enfoque de la UNGRD hacia una gestión preventiva y planificada del riesgo, adaptada a los cambios climáticos que enfrenta el país. Si bien el Chocó inició una preparación especial desde mediados de año para hacer frente al fenómeno de La Niña, las lluvias actuales, que están dentro de lo previsto por el IDEAM, ya han puesto en evidencia la falta de previsión y recursos.
A la situación climática se suma la amenaza del conflicto armado en la región, donde los grupos armados ilegales mantienen un control territorial en varios municipios. La gobernadora insistió en la necesidad de reforzar la presencia militar en los ríos San Juan, Baudó y Atrato, y en el litoral Pacífico para proteger a las comunidades y permitir la entrega de ayuda. Córdoba resaltó la importancia de contar con unidades de combate fluvial para enfrentar el desafío de seguridad en un territorio de difícil acceso: “El presidente Petro ha sido claro en que el Chocó necesita un refuerzo de la Armada. No puede ser que no contemos con unidades fluviales en un departamento atravesado por ríos”.
La necesidad de una paz territorial y sostenible
Además de la asistencia humanitaria, la gobernadora llamó la atención sobre la necesidad de una paz territorial que incluya a las comunidades chocoanas en las negociaciones con los grupos armados.
La falta de representación local en los diálogos de paz deja a la población vulnerable ante las decisiones y acciones de estos grupos, que muchas veces no respetan los acuerdos logrados en las mesas de negociación.
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“Chocó quiere la paz, pero la paz debe incluir la voz del territorio y de las autoridades étnico-territoriales”, destacó Córdoba, quien insistió en que el ELN debe reconocer la autonomía de algunos de sus frentes, responsables de los constantes paros armados en la región.
En medio de esta crisis, la gobernadora Córdoba hace un llamado a la solidaridad nacional e internacional para ayudar al departamento del Chocó a superar una de las peores crisis humanitarias en su historia. Con más del 87% de sus habitantes afectados y sin una solución inmediata a la vista, la situación en el Chocó es una alarma para Colombia frente a los desafíos del cambio climático, la gestión del riesgo y la necesidad de una paz duradera.
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