El presidente Iván Duque recibió de manos de Achim Steiner, administrador del PNUD, el informe que muestra el Índice de Desarrollo Humano, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el que Colombia pasó del puesto 95 al 79.
En su intervención, el presidente reconoció que uno de los problemas del país en materia de desarrollo es la brecha de desigualdad que hay entre la ciudad y el campo.
“También Colombia es un país de contrastes, hace 15 meses cuando empezábamos la Presidencia, identificábamos a profundidad que hay cerca de un millón de colombianos que no tienen luz eléctrica, que hay cerca de 220 municipios donde la calidad del agua no tiene las suficientes condiciones para prevenir el ataque de las enfermedades transmisibles. Tenemos, además, entre el campo y las ciudades brechas en materia educativa, donde se aprecia que en las ciudades el promedio de años de educación son 9.6 años, mientras en el campo 5.3”, dijo.
Sobre el campo en específico, el presidente Duque enumeró los factores más preocupantes, como el acceso a la educación, la salud y la informalidad. Hizo énfasis en que el 70 % de los trabajadores del campo no ganan un salario mínimo.
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“Tenemos un campo que tiene una participación muy significativa en las exportaciones, cerca del 18 %, tenemos un campo donde está el 17 % del empleo, un campo que aporta para el PIB del país cerca del 7 %, pero un campo donde el 80 % de los habitantes están en el régimen subsidiado de salud, mostrando la informalidad, o un campo, donde más del 70 % de quienes trabajan ganan menos de un salario mínimo. Esos son los contrastes”, agregó.
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Frente a varios representantes de las Naciones Unidas, Duque dijo que el reporte enuncia que muchas de las protestas que se han presentado en varios lugares del mundo obedecen a desigualdades reales, pero que “no nacieron hoy ni hace una semana ni hace un mes ni hace 15 meses, hay desigualdades que han envejecido mal”.
También hizo un llamado para no dejar que el mensaje de algunos políticos que buscan hacer énfasis en la lucha de clases cale, sino que el enfoque sea multiplicar la riqueza para fortalecer a la clase media.
“La discusión de la desigualdad estaba en torno a quiénes son los que tienen más y quienes son los que tienen menos. Pero también es cierto que a muchos países en América Latina les iba mejor democratizando la pobreza, por lo menos en algunos índices, artificialmente. Hoy lo que necesitamos en América Latina no es propiciar lo que quieren algunos políticos que es la lucha de clases, la guerra de clases, sino ver cómo aceleramos la multiplicación de la riqueza, cómo aceleramos la expansión de la clase media”, indicó.