The Economist publicó este jueves. 26 de octubre, un editorial en el que analiza cómo ha transcurrido el primer año de Gobierno del presidente Gustavo Petro. El semanario titula el artículo como: “Gustavo Petro, el presidente de izquierda de Colombia, se tambalea” y tiene como antetítulo “Cómo perder amigos e irritar a la gente”.
La publicación asegura que el presidente, a un solo año de su mandato, “es profundamente impopular”, y que “está luchando, y no sólo contra el reloj”, pues el artículo comienza afirmando que el presidente Petro “suele llegar tarde”. Además, recuerda que el mandatario colombiano tuvo un famoso retraso para poder votar por sí mismo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en mayo del año pasado, después de que dejara la cédula en su casa.
The Economist asegura también que Gustavo Petro “es profundamente impopular”, pues su índice de aprobación se ha desplomado con una pronunciada caída, pasando de cerca del 60 % en agosto de 2022 a cerca del 30 % en este mes de octubre.
El editorial señala también que el presidente tuvo un buen comienzo, formando un Gobierno de coalición moderado que estaba lleno de ministros experimentados, pues logró aprobar una reforma tributaria en tiempo récord, inició negociaciones con los ganaderos para la compra de tierras y presentó un ambicioso plan de paz total.
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Pero el semanario afirma que esto “no fue suficiente para Petro”, pues cuando los ministros de centro se opusieron a la reforma a la salud, disolvió la coalición y despidió a siete ministros de su gabinete.
The Economist asegura que a partir de ahí, el presidente Petro “se volvió dogmático y llenó el nuevo gabinete de izquierdistas”, y desde ahí ha intentado gobernar “mediante decretos de emergencia, una agenda legislativa moribunda y una docena de reformas ambiciosas que están estancadas en el Congreso, lo que enfurece a Petro”, señalando también que el mandatario “ha organizado manifestaciones masivas en las que denuncia lo que llama un 'golpe blando' en su contra”.
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Asegura el semanario inglés que “son pocos los que le creen, sobre todo después de una serie de escándalos”, recordando polémicas como la pérdida del dinero en la casa de su exjefa de despacho y hoy directora de Prosperidad Social, Laura Sarabia, o el proceso judicial contra su hijo Nicolás Petro por lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
La publicación afirma también que “el enfoque inconexo de Petro hacia la política exterior no ayuda”, mencionando su postura en la guerra entre Israel y Hamás, recordando que el presidente colombiano “acusó al Gobierno de Israel de ‘nazismo’ y comparó el territorio palestino con Auschwitz”, amenazando incluso con cortar las relaciones diplomáticas con Israel, pero afirma The Economist que luego de la “presión de funcionarios estadounidenses”, el presidente Petro se reunió con los embajadores de Israel y de Palestina.
Por último, en el editorial se afirma que es probable que en las elecciones del domingo “los aliados del presidente Petro se enfrenten a una paliza”, por lo que algunos temen que una derrota aplastante “provocaría que el presidente arremetiera retrasando fondos a ciertas ciudades o revocando licencias para sus proyectos”.
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