El exguerrillero Héctor Julio Villarraga Cristancho, alias ‘Grillo’, quien para entonces era comandante del Frente 60, narró en laJEP que diputados del Valle murieron tras una sola ráfaga de disparos el 18 de junior de 2007. Esta persona dijo que fue Alfonso Cano quien dio la orden de ejecutarlos si se veían en problemas o si había intento de rescate.
Según Villarraga, Alfonso Cano entregó la orden directa para la ejecución en la que solo Sigifredo López terminó con vida y contó que, entre 2002 y 2007, los secuestrados eran movilizados por las selvas y varios municipios del Valle del Cauca y Nariño, luego de haberlos recibido de manos del Frente Urbano, según dijo, en malas condiciones de alimentación, ropa y salud.
El compareciente describió los vejámenes a los que sometieron a los diputados: marchas de hasta 12 horas en la selva, una alimentación precaria basada en legumbres y granos, exposiciones prolongadas a las inclemencias del clima, la poca o nula privacidad cuando realizaban sus necesidades fisiológicas y los momentos en que eran atados con cadenas a sus camas o árboles como un método de castigo, entre otros.
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También contó que el objetivo era que los doce diputados permanecieran con vida, pero que Alfonso Cano había manifestado que se debían ejecutar en el eventual caso en el que se presentara un intento de rescate o si se perdía el control por parte de la guerrilla.
El compareciente negó haber recibido órdenes de Pablo Catatumbo o Édgar López, alias ‘Pacho Chino’, comandantes del Bloque Occidental, durante el cautiverio de los diputados. En cambio, sí dijo que había trabajado en cooperación con otros frentes y bloques del entonces Comando Conjunto de Occidente (en 2012 Bloque Occidental) por asuntos logísticos.
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Relató que con una sola ráfaga de disparos que tardó alrededor de un minuto, fue que murieron los once diputados, en un hecho donde ningún guerrillero cayó, y que, el Comando Conjunto de Occidente, informó de manera falsa que, la muerte de los políticos se había presentado por fuegos cruzados con fuerzas desconocidas.
Villarraga narró como, siguiendo órdenes de ‘Cano’, limpió y enterró los cadáveres, y procedió a entregar las coordenadas para que fueran entregados a una misión humanitaria encabezada por la Cruz Roja. Fueron entregados a sus familiares casi tres meses después, en Cali, gracias a esta misión.