La Fundación Ideas para la Paz realizó un análisis sobre una eventual reanudación de los diálogos de paz entre el gobierno del presidente electo, Gustavo Petro, y la guerrilla del ELN, haciendo claridad en que el proceso no será rápido ni fácil, en parte por las diferencias que existen entre esta guerrilla y las Farc, que firmó un acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos en el año 2016.
Para empezar, desde la FIP consideran que la agenda debe ser corta y factible y que los resultados del proceso no se van a ver de manera inmediata: "Es urgente activar la vía de la salida negociada con el ELN, sin perder de vista que sus resultados pueden no ser tan inmediatos. No será un proceso fácil, ni rápido", se lee en el texto.
En el mismo sentido, explican que aunque el ELN ha asegurado que mantendría y daría continuidad a la mesa de negociación que inicio hace cinco años en Quito, Ecuador, esto traería dificultades teniendo en cuenta el contexto nacional e internacional ha cambiado, por lo que se requiere de un proceso nuevo que tenga en cuenta las diferencias que tiene el país frente a lo que sucedía hace cinco años. Aunque el gobierno electo ha planteado la posibilidad de un cese al fuego bilateral, y desde la FIP consideran que es un punto que se debe explorar, aclaran que es posible que la guerrilla decida negociar en medio de la guerra, en el mismo sentido explican las diferencias que hay con las Farc.
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"Esta guerrilla es una organización federada que aunque tiene un mando central (COCE) que no se debe desconocer, sus frentes y dirigentes son relativamente autónomos para tomar algunas decisiones y definir líneas de acción. A diferencia de lo que ocurrió con las FARC, los representantes del ELN en la mesa no están facultados para tomar decisiones, sino que éstas deben ser consultadas al interior de la organización".
Uno de los puntos que ha dejado claro el ELN en procesos anteriores, es que la dejación de armas es un punto de llegada, más no de inicio y no consideran esencial abandonar el delito del secuestro para avanzar en el diálogo. La participación de los países garantes es otro de los puntos esenciales para la FIP, incluido Venezuela.
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"Cuba y Noruega, que actuaron como países garantes, continúan siendo fundamentales en un proceso con el ELN. Su participación requiere del restablecimiento de la confianza, con el reconocimiento de su papel y el cumplimiento de los protocolos. Es muy difícil pensar en un proceso con esta guerrilla sin Venezuela. Es previsible que las relaciones entre los dos países se vayan normalizando, siendo la agenda de paz una oportunidad para avanzar en acciones concretas que reestablezcan la confianza".
Por último, explican que los perfiles de las personas que van a hacer parte del equipo negociador por parte del gobierno del presidente electo, Gustavo Petro, deben generar confianza incluso en los sectores más críticos a la agenda del presidente.
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