"Una derrota es una derrota y tiene consecuencias", fue la frase con la que Gustavo Petro se refirió a la derrota de Gabriel Boric, presidente de Chile, quien proponía una reforma a la constitución.
Gustavo Petro lució algo incomodo, no sólo por responder una pregunta de un gobierno ajeno al suyo, sino de un aliado del eje de izquierda en Latinoamérica, al ser preguntado sobre si se arrepentía de haber trinado "Revivió Pinochet", al día siguiente de conocerse los resultados con los que Chile rechazó la reforma a su Constitución.
Los chilenos estaban convocados el 3 de septiembre a un plebiscito obligatorio para decidir si aprobaban la nueva Constitución o por el contrario la rechazaban y se mantenían con la escrita en 1980, bajo la dictadura de Pinochet.
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