La Fuerza Aérea Colombiana (FAC) alertó que este 2023 hay un riesgo inminente de frenar la operación de sus aeronaves por la falta de presupuesto requerido, el alza en la gasolina y la inflación.
Las necesidades de la institución son $2.933.990, pero le asignaron $1.831.570 tanto para funcionamiento e inversión. A eso se le suma que la tendencia ha sido a la baja, pues en los últimos diez años, el rubro destinado a bienes y servicios solo ha aumentado en un 2.46 % pese a los cambios en la inflación.
Una de las variables que evidencia la situación es la reducción en las horas de vuelo: mientras en 2020 alcanzaron 60.529, en 2022 bajaron a 49.320 y para este 2023 la proyección es de 36.550.
Según el general Carlos Fernando Silva, segundo comandante y jefe de Estado Mayor de la FAC, la disminución se traduce en que muchas de las misiones no se pudieron cumplir.
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“Entre esas abastecer a las Fuerzas Militares, transportarlas, hacer vigilancia o tareas de vigilancia y reconocimiento, que es precisamente la que se está haciendo con el caso del avión entre Guaviare y Caquetá, o tareas de atender emergencias médicas o de desastres naturales. La Fuerza Aérea siempre está ahí, pero necesita los recursos”, detalló el general.
Para el caso de 2023, el oficial explicó que, si bien esperaban volar al menos 54.000 horas, deben bajar las expectativas por el presupuesto y otros factores como la inflación, la gasolina y el dólar. En el caso del combustible, por ejemplo, su precio ha tenido un incremento del 109 %, pues el galón pasó de costar $8.000 a $23.000.
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“Para esas 54.000 horas necesitamos 8.259.000 galones y con el precio, necesitamos recursos por $182.000 millones, pero recibimos $125.000 millones”, alertó Silva.
Pero no solo es su costo, si no los problemas administrativos para adquirirlos, pues se acabó el convenio macro que permitía obtenerlo más rápido y ahora se debe hacer por licitación.
“Esto nos pone en una situación especial para este año, pues solamente podemos volar hasta el 31 de julio, luego de esa fecha no tenemos combustible. Solo queda la reserva estratégica que es para casos extremos como una guerra, pero nos quedamos sin capacidad de hacerle mantenimiento a los aviones”, agregó Silva.
Y justamente ahí viene el otro problema: los recursos también complican la puesta a punto de las capacidades porque la mayoría de los repuestos son importados o incluso se deben llevar las aeronaves fuera del país. Una de las medidas que han tomado es sacar repuestos buenos de otros aviones e instalarlos en otros.
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“Hoy tenemos una totalidad de 408 aviones en la Fuerza Aérea, una gran capacidad, pero 91 están paralizadas por mantenimiento y no están todos los recursos para volverlos a levantar, el recurso que nos llega es para reparar. Es decir, que está disponible para usar el 61 %, cuando lo esperado es el 71 %. Se está envejeciendo la flota”, contó Silva.
Ante esta situación, el general Silva planteó una serie de recomendaciones que buscan solucionar a corto y largo plazo el mal panorama financiero, pues en general los requerimientos que siguen pendientes ascienden a los $350.000 millones.
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Algunas de esas son asignar los recursos necesarios para nivelar el presupuesto y que vaya acorde al aumento del IPC. También piden eximir del IVA las adquisiciones de Bienes y Servicios, del impuesto predial a las Unidades Militares Aéreas y retomar el acuerdo marco para la compra del combustible.
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