Moisés, Jonatan y Alejandro se conocieron en una de las vías que comunica a Venezuela con Colombia. Tienen en común que prefieren aguantar las temperaturas bajo cero de la madrugada durmiendo en la vía, que regresar a Venezuela.
En el recorrido del Bus Colombia , los encontramos a un lado de la carretera pidiendo un aventón porque quieren llegar a Perú y a Bogotá, pues en Venezuela no hay trabajo y viven de la caridad.
Llevan tratando de salir de la zona de páramos desde hace tres días, cuando pasaron la frontera y no han contado con suerte, porque no los quieren llevar y al preguntarles por qué no caminan, aseguran que llevan haciéndolo muchos días y están cansados, por eso prefieren esperar que una alma caritativa los acerque a sus destinos.
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En Villa del Rosario, población aledaña a Cúcuta, funciona la Casa de Venezuela donde Eduardo Espinel atiende diariamente al menos 400 migrantes, a quienes les da comida para que continúen sus travesías y pide a los políticos que, de cara a las próximas elecciones, se comprometan a respaldar este programa que ha contado con el apoyo de organizaciones internacionales como USAID y la OIM.
"En 2021 atendimos 188.000 personas y creemos que la necesidad es mayor, por eso es importante que desde el legislativo los políticos demuestren mayor compromiso con los migrantes que transitan por Cúcuta", señaló.
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Según cifras de Migración Colombia, se han entregado desde su creación, el año pasado, 198.630 permisos por protección temporal y otros 224.000 están en trámite tras ser aprobados.
El Bus Colombia continúa evidenciando las necesidades de los colombianos de cara al próximo proceso electoral en el país.
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