En Colombia se está careciendo de garantías integrales para sus derechos fundamentales. La pobreza, una sombra ominosa, envuelve a la mitad de la juventud colombiana, según el cálculo del Dane-Unicef, donde el 52.3 % vive en hogares empobrecidos, con 3 millones en situación extrema.
Esta dura realidad subraya la urgencia de proteger a los más vulnerables, especialmente en su primera infancia, y abordar los desafíos persistentes en la educación inicial. Las cifras de cobertura son alarmantemente bajas, con solo el 53 %, 58 % y 62 % de niños de 3, 4 y 5 años respectivamente, recibiendo atención educativa adecuada.
Estas condiciones de pobreza demuestran como se perjudica los estudios de a primera infancia y adolescencia, indicando que de cada 100 niños que se logran matricular, solo 44 culminan sus estudios. La pobreza no solo obstaculiza el acceso a la educación, sino que también incrementa la vulnerabilidad de los niños y adolescentes frente a la violación de sus derechos. Alarmantemente, el informe revela que 82 de cada 100 delitos sexuales tienen como víctimas a esta población vulnerable. Además, la mitad de ellos corre el riesgo de abandonar la escuela, truncando sus oportunidades de desarrollo y productividad futura.
El conflicto armado y el reclutamiento forzado también acechan a la infancia colombiana, con casi 1.9 millones de niños, niñas y adolescentes registrados como víctimas. La magnitud de este problema es evidente, con el número de víctimas equiparable a la población de ciudades intermedias como Riohacha, Pasto y Cúcuta juntas. Además, la desigualdad en el acceso a la seguridad social en salud refleja disparidades significativas entre áreas urbanas y rurales, evidenciando la necesidad urgente de abordar la brecha en oportunidades de empleo y acceso a la educación formal.
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La nutrición no es un tema que se puede dejar atrás Según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del Dane, (ECV), el porcentaje de personas afiliadas al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) llegó al 94,7 % en 2022, el nivel más alto de los últimos años. La información por áreas revela que el crecimiento se explica por la mayor afiliación al régimen subsidiado, especialmente en la zona urbana. Ahora bien, para los centros poblados y rurales dispersos, la afiliación total es del 95,7 %, pero de ellos, solo el 15,1% aporta al régimen contributivo, lo que nuevamente nos habla de oportunidades de trabajo formal, educación técnica o superior, aportes para una pensión, entre otros.
La infancia en Colombia enfrenta una realidad compleja y desafiante, donde la pobreza, la violencia y la exclusión amenazan su bienestar y desarrollo. Este panorama busca evidenciar la necesidad de tener una inversión prevalente y continuada en la niñez.
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