La Superintendencia de Salud intervino de manera forzosa el hospital La Misericordia de Calarcá tras identificar 54 deficiencias administrativas financieras jurídicas y asistenciales que ponen en riesgo la prestación segura y oportuna de los servicios de salud de los calarqueños.
Por eso, el gerente, Bernardo Gutiérrez Montoya, fue separado del cargo y en su lugar se definió un agente especial interventor para que en un año resuelva los problemas administrativos, financieros y asistenciales que tiene la institución donde atiende más de 80 mil personas de cinco municipios quindianos y dos del Valle del Cauca.
José Manuel Suárez, asesor del Despacho del Superintendente de Salud, explicó algunas de las deficiencias económicas del hospital:
"La Superintendencia encontró especialmente hallazgos de tipo financiero: se presenta un déficit presupuestal de cerca de $3200 millones e inicialmente para el cierre del año 2019 y para el año que corre este déficit ha ascendido a $7.000 millones de pesos. Las pérdidas operacionales pasaron de $2.000 millones de pesos"
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Ante el complejo panorama, que también muestra errores en contratación, la Superintendencia designó al especialista en gerencia hospitalaria Fredy Orlando Rojas, como agente especial interventor. En un mes, él deberá presentar a la Supersalud un Plan de Acción para resolver los hallazgos encontrados en el hospital.