Hace más de 450 años en la ciudad de Bogotá dos españoles subieron a un cerro ubicado en la parte oriental de la capital
Cuando llegaron a la cima enterraron una cruz como símbolo de protección para toda la ciudad y fue nombrado como el cerro Guadalupe, en honor a la virgen de Guadalupe de Badajoz
Años más tarde, en 1656, se inició con las labores de construcción de un santuario, el cual tardó 100 años en ser terminado
La ermita, como es conocido el santuario, se ha reconstruido más de cuatro veces a lo largo de los años, por cuenta de los terremotos ocurridos en 1743, 1785, 1826 y 1917
Tras el último terremoto en 1917, la ermita no fue reconstruida por muchos años, hasta que en 1945, el monseñor Jorge Murcia Riaño ayudó a levantar el santuario y abrió sus puertas con la bendición del arzobispo Ismael Perdomo
Un año después se construyó la estatua de la virgen María Inmaculada, la cual hoy en día aún se mantiene en pie y se puede ver desde varios puntos de la ciudad
La estatua cuenta con una altura de 15 metros y fue diseñada por el escultor Gustavo Arcila Uribe
El cerro es visitado por miles de personas cada fin de semana porque se ha convertido en un lugar de peregrinación para los creyentes y, además, suelen asistir a las misas dominicales
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