Desde hace un año la situación del Consejo Comunitario de Severo Mulato es crítica y está empeorando sin que exista apoyo o solución desde el Gobierno nacional.
Óscar Marino Caicedo, uno de los líderes de la zona, contó que los encapuchados llegan a decirles que vuelvan al África porque la tierra no les pertenece; les han quemado sus cultivos de caña, les dañaron la entrada de agua, destruyeron tres de los cuatro caminos de acceso y, para colmo, no los dejan entrar maquinaria que les permita preparar el terreno y volver a sembrar caña.
Caicedo ya golpeó puertas en organizaciones estatales y de derechos humanos, pero nada cambia.
“Puedo decirle en este momento que estamos en visto porque no hay solución para ninguna de las situaciones. Todo lo que le estoy diciendo está reconocido por el Gobierno y por el Ministerio del Interior”, aseguró.
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Los ataques de encapuchados terminaron con dos trabajadores asesinados en febrero de este año y una persona secuestrada.
“Esa tierra que ellos están ambicionando obviamente nos corresponde a esta comunidad que aún todavía estamos en visto porque el Gobierno no ha hecho nada. Nosotros no podemos permitir que la reforma agraria que propone el Ejecutivo la haga otra etnia en el territorio nuestro. Entonces nosotros ¿para dónde nos vamos a ir?”, agregó Caicedo.
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La situación de ese consejo comunitario no es única en el país. Según Asocaña, aunque en los últimos seis meses no se han dado nuevos casos de invasiones, actualmente hay 5.600 hectáreas ocupadas de forma irregular.
“Hay propietarios que no quieren vender y que desean que sus propiedades les sean retornadas para volver a producir los alimentos que en esas áreas se estaban produciendo”, dijo la presidenta de Asocaña, Claudia Calero.
Calero añadió que sigue en la mesa de diálogo sobre el norte del Cauca, pero el tema de inseguridad va más allá de la mesa y es necesario que el Estado intervenga.
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