
Carlos Enrique Lehder Rivas, uno de los capos más temidos del cartel de Medellín, fue capturado en el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá cuando intentaba ingresar a Colombia procedente de Frankfurt. A sus 75 años, Lehder creía haber dejado atrás su pasado criminal, pero las autoridades colombianas ejecutaron dos órdenes de captura vigentes en su contra, impidiéndole su reingreso al país como un hombre libre.
Lehder, nacido en Armenia, Quindío, fue un personaje clave en el auge del narcotráfico en los años 80. Socio de Pablo Escobar, fue uno de los primeros narcotraficantes colombianos extraditados a Estados Unidos en 1986, donde fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, su doble nacionalidad alemana le permitió negociar su pena, obteniendo la conmutación de su condena tras colaborar con la justicia norteamericana. En 2020, después de pasar más de 33 años en prisión, fue liberado y trasladado a Alemania, donde intentó rehacer su vida lejos del radar público.

Pero su pasado lo alcanzó nuevamente. Su regreso a Colombia parece haber estado motivado por razones personales, ya que su hija reside en el país. No obstante, su intención de reencontrarse con su familia se vio frustrada cuando Migración Colombia lo puso a disposición de la Policía Nacional al detectar que en los sistemas de información existían órdenes de captura pendientes en su contra. Actualmente, Lehder se encuentra detenido y a la espera de que la justicia colombiana determine su situación legal.
La historia de Lehder va más allá del narcotráfico. Su excentricidad lo llevó a adquirir una isla en las Bahamas, la cual convirtió en un punto estratégico para la distribución de cocaína hacia Estados Unidos. Además, intentó incursionar en la política colombiana con un movimiento de ideología neonazi en el Quindío, aunque sin éxito. Su captura reaviva un oscuro capítulo en la historia del narcotráfico en Colombia y deja en evidencia que, aunque los años pasen, la justicia sigue su curso.

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