Desde hace 20 años Daniela García Pulgarín llevaba luchando por encontrar su identidad, se sometió a un cambio de sexo, de masculino a femenino. Sin embargo, en su documento y en diferentes espacios se vio sometida a no poder marcar ninguno de los dos sexos, por lo que en medio de su proyecto de maestría en Derechos Humanos decidió interponer una tutela, que el día de ayer la Corte Constitucional falló en exigencia para que laRegistraduría incluya el componente no binario en los documentos de identidad.
Dani ya tiene 41 años de edad y debido a que sintió el rechazo en diferentes oportunidades al no poder marcar una casilla de femenino o masculino, cuando realizada su maestría en Derechos Humanos decidió entutelar.
“El objetivo de la demanda tiene una historia personal y mi paso por la universidad, yo soy politóloga de la Universidad Nacional y realizo una maestría en Derechos Humanos en la Universidad Autónoma de Medellín, llegué a la necesidad de instaurar una demanda para que se reconociera la posibilidad de una categoría alternativa al binario masculino, femenino”, dijo Dani en entrevista con BLU Radio.
La solicitud de Dani ante la Corte Constitucional pedía que el componente sexo fuera sacado de los documentos de identidad, bajo el argumento que era un dato relevante para los demás y que su importancia era únicamente del titular de la documentación, por lo que Dani alegaba que debía quitarse ese parámetro del documento y en caso tal de no poder ser eliminado, pedía una tercera marcación, que fuera asignada con una x.
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Y gracias a esta demanda de García Pulgarín, la Corte Constitucional le ordenó a la Registraduría del Estado Civil incluir el género no binario en la cédula de ciudadanía, frente a esta decisión Dani señala que no era lo esperado pero agradece el reconocimiento de una ciudadanía no binaria.
“La respuesta no fue en ese sentido, consideró fue la categoría no binaria, tanto para los documentos, como para la cédula, entonces bueno, es algo con lo que no estoy tan conforme pero en general con el resultado del reconocimiento a una ciudadanía no binaria, es también con lo que fui muy insistente en mi petición, en la tutela”, enfatizó.
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Su transformación se vio enmarcada en la participación desde lo público, también en que sintió que la sociedad le exigía un cambio físico total para poder ser categorizada como mujer.
“Tenía que parecer eso que decían que yo era, entonces si me percibían como mujer, entonces que para ellos tenía yo que parecer yo, entonces a partir de esos dos lugares, cuando negué la idea de que tenía que ser hombre, pero también que me encontré con esas violencias, o estos esquemas sociales que se manejan acerca de lo que es lo femenino, empecé a cuestionar que las dos, con las dos me sentía violentada, encerrada, presionada, entonces opté porque no fuera ninguna de las dos”, contó.
Dani recogió para su tesis de maestría en Educación y Derechos Humanos todos los argumentos teóricos que sirvieron también ante la Corte Constitucional para reclamar su derecho a una ciudadanía no binaria.
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