Comenzó la ofensiva contra el narcotráfico en las zonas que registraron masacres

Como lo había advertido el comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, comenzó la ofensiva frontal contra el narcotráfico en los departamentos donde se presentaron las recientes masacres que enlutaron a Colombia. Para el Gobierno ese es el combustible que está generando la violencia en el país.

Después del anuncio del sector defensa, la Policía encontró a 46 millas náuticas de Tumaco un semi-sumergible que pertenecería a la estructura 30 de las disidencias de las Farc y el cual transportaba una tonelada de cocaína, que iba a ser entregada al Cartel de Jalisco Nueva Generación en México.

Dentro de este operativo fueron capturadas tres personas, pero el general Óscar Atehortua, director de la Policía, detalló que, en Samaniego, Nariño, municipio donde fueron asesinados ocho jóvenes el pasado 16 de agosto, fue destruido un complejo de laboratorios que estaban al servicio del narcotráfico.

“Alrededor de Samaniego fueron destruidos 21 laboratorios para el procesamiento de base de coca, esto demuestra no solamente la integración y capacidad de Fuerzas Militares y Policía, sino los resultados tangibles que podemos demostrar”, dijo el general Atehortua.

Por otra parte, la Fiscalía confirmó que en medio de la selva de Tumaco fue intervenido un laboratorio que tenía la capacidad de producir ocho toneladas de cocaína mensuales, pertenecería a la Oliver Sinisterra de las disidencias de las Farc y era alquilado a otras organizaciones narcotraficantes que delinquen en el Pacífico colombiano.

En esta ofensiva se incautaron tonelada y media de cocaína dentro del sofisticado laboratorio, que tenía un andamiaje criminal que podría estar avaluado en 2.5 millones de dólares. Este el segundo complejo cocalero intervenido en cinco días en Tumaco, Nariño.

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En ese mismo departamento del suroccidente colombiano, el Ministerio de Defensa confirmó la captura de los responsables de la masacre de seis personas el pasado 21 de agosto en La Guayacana, Tumaco. Se trata de alias ‘Piquiña’, tercer cabecilla de las disidencias de las Farc o estructura Oliver Sinisterra, y según expresó el ministro Carlos Holmes Trujillo, su actividad criminal era amenazar y traficar coca.