Colombia sufrió en 2022 hasta 339.000 nuevos movimientos forzosos por violencia armada, la cifra más elevada en una década, en parte debido al aumento de los ataques de grupos armados no estatales, según un informe anual sobre desplazados internos en el mundo presentado hoy.
Según el estudio de las ONG Observatorio del Desplazamiento Interno (IDMC) y Consejo Noruego de Refugiados (NRC), las zonas más afectadas por estos desplazamientos forzosos fueron los departamentos suroccidentales de Cauca, Valle del Cauca, Putumayo y Nariño.
Sin embargo, el fenómeno afectó también a otras subdivisiones del país, como Antioquia, Chocó, Córdoba, Caquetá, Cesar y Magdalena.
El informe subraya que buena parte de los incidentes se produjeron en la primera mitad del año, y que los grupos armados no estatales en muchos casos centraron sus ataques y amenazas contra líderes sociales y comunitarios, defensores de derechos humanos y del medioambiente, forzándoles a huir.
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Tras estos movimientos, el número total de desplazados internos en Colombia se situó a finales de 2022 en 4,8 millones, un ligero descenso frente a los 5,2 millones registrados en 2021, según destacó el informe.
La mayoría de estos desplazados internos (4,76 millones) están lejos de su hogar a causa del conflicto y la violencia, mientras que 41.000 han sido víctimas de desastres naturales, de acuerdo con el estudio global.
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Colombia concentra un 71 % de todos los desplazados internos de América, aunque el estudio matiza que es uno de los países del mundo con registros más avanzados y completos sobre este fenómeno, lo que podría explicar que sus cifras sean mucho más altas que otros países del continente afectados por similares niveles de violencia y crisis.
En el país también hubo el pasado año 281.000 movimientos de desplazados internos relacionados con los desastres naturales, especialmente personas evacuadas por inundaciones en los departamentos septentrionales de Sucre y Bolívar.