La Comisión de la Verdad organizó un espacio junto a la excandidata presidencial y exsecuestrada Ingrid Betancourt con el propósito de contribuir a la verdad a partir de las reflexiones de prácticas como el secuestro.
Durante el diálogo, Betancourt resaltó que el trabajo de los hombres que participaron en la Operación Jaque, en la que ella fue liberada junto a 14 secuestrados más el 2 de julio de 2008, no ha sido reconocido suficientemente y que el país ha actuado de manera desagradecida con estos héroes que arriesgaron su vida para salvarlos en un operativo impecable.
“Frente a la Operación Jaque lo que hay que decir es que fue una operación hecha por el Ejército colombiano con un grupo de muchachos que se jugaron la vida por salvar la de personas que no conocían. Eso es exactamente lo que uno define como heroísmo, ese es el Ejército que queremos, de personas entregadas, valientes, desinteresadas. Colombia no le ha reconocido en su justa proporción a las Fuerzas Militares y a los Integrantes de la operación Jaque lo que lograron”, dijo la excandidata presidencial.
Agregó que es puntualmente una conducta dolorosa que se tiene que corregir en Colombia, porque en cualquier otro país los hubieran reconocido con monumentos e incluso con el bautizo de calles con sus nombres para honrar su hazaña. Dijo que aquí por el contrario les negaron ascender en el Ejército y los retiraron de manera prematura del servicio.
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“En cualquier otro país la dimensión de esa operación hace que se haga un monumento con las estatuas de estos muchachos, se nombran avenidas con los nombres de estos muchachos, es decir, hay una conciencia colectiva de agradecimiento para darle honor a estas personas, en Colombia no. Muchas veces no los ascendieron, Los retiraron de manera prematura del servicio, pequeñeces que a uno le duelen porque son momentos de grande para el país. Eso me afecta muchísimo, la falta de honor y de agradecimiento a estos muchachos y a sus jefes”, dijo.
Hablando de otros hechos del Ejército, Betancourt dijo que el lamentable caso de violación de la mejor indígena Emberá por parte de integrantes del Ejército debe corregirse, pero que no se pude señalar a toda la institución por estos casos puntuales.
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SOBRE LA VERDAD DE LOS EXCOMBATIENTES
Hablando sobre lo valiosa que es la verdad en tiempos de implementación de lo pactado en La Habana, Ingrid Betancourt aseguró que no se reunirá con los cabecillas de las Farc que en algún momento manifestaron su deseo de pedirle perdón presencialmente porque no ve un reconocimiento de los hechos de manera individual, sino que algunos han querido sacar provecho político del dolor de las víctimas con fines electorales.
“Mientras no haya una reflexión íntima, no de grupo, primero individual sobre lo que pasó y que haya la voluntad de hablar, pero desde el fondo del alma y no desde lo que me conviene a mi mostrarle al país para ganar puntos políticamente hablando. Mientras no haya esa certeza de que no va a ser esa instrumentalización casi que electorera del sufrimiento nuestro yo no voy a aceptar reunirme con ellos”.
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Dijo que ese es un proceso que debe hacer cada uno de ellos y que le ha dolido aún más que el mismo secuestro y las atrocidades que vivió en casi 7 años, escuchar las declaraciones de los comandantes que estuvieron con ella negando el secuestro, calificándolo de retención y maquillando la verdad, asegurando que las conductas maltratadoras eran para protegerla.
“No ponen las palabras que son donde tienen que ir y la manera como ellos, no todos, tienen de maquillar la verdad para tratar de presentarla de alguna manera bajo una perspectiva menos cruel. Entonces van a mantener los hechos, pero van a cambiar las intenciones. Por ejemplo, van a decir “a ella efectivamente se le puso una cadena en el cuello durante muchos años pero era una manera de protegerla para que no se fuera a volar y morir en la selva”, obviamente esto es una manera de no querer reconocer que lo que hicieron fue ponerme una cadena como un animal, que yo hubiera corrido el riesgo en mi libertad eso era problema mío, la verdad es que ellos me tenían ahí para matarme”, dijo Betancourt.
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Dijo que, en el camino hacia la paz, habrá algunos excombatientes que van a tener el coraje de mirarse de frente, sin justificaciones y con mucha valentía aceptar lo que sucedió, mientras se arrepienten de haberlo hecho.
“Me arrepiento, el arrepentimiento es el asco frente a cosas que uno ha hecho y que ya no quiere pensar que uno podría volverlas a hacer”. También resaltó que la sociedad colombiana debe exigirles los resultados de su compromiso con la paz.
“Hay que evitar ser paternalista, porque de la misma manera que se les admite la transición hacia lo bueno, hacia participar en una sociedad después de haber infringido todas las leyes, de la misma manera hay que exigirles que jueguen el juego a cabalidad. Ya cada cual tiene la posibilidad de definir qué quiere ser y ellos tienen que definir si quieren seguir mintiendo o si quieren reconocer lo que sucedió”.
La excandidata presidencial resaltó que hay una crisis de verdad en el mundo, que la verdad dejó de ser la verdad ya que a principio de siglo se estableció que la verdad era científica, “se tienen que probar los hechos, hay indicios, testimonios, antes había una verdad metafísica, hoy en día ya ni siquiera la científica, estamos en un mundo donde la verdad se ha reducido aún más y es psíquica y nos están diciendo que cada cual tiene su verdad, eso crea una esquizofrenia porque si no tenemos un parámetro para poder valorar la realidad con los mismos términos y cada versión es válida no hay justicia que valga y hay un cinismo conceptual”.
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SOBRE SU SECUESTRO
En este espacio de reflexión, Ingrid Betancourt confesó que le dolió mucho que muchos dijeran con tono machista que ella deseó ese secuestro o que ella misma se hizo secuestrar. Aseguró que ella tomó una decisión basándose en el concepto de su jefe de seguridad, en quien confiaba profundamente, y en el general encargado de la seguridad en la zona de San Vicente del Caguán, Caquetá.
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Indicó que ella no quería hacer ese viaje porque su padre estaba mal de salud y lo único que quería era estar con él y que asistió atendiendo el llamado del alcalde del municipio que le manifestó el deseo de tenerla en terreno por las dificultades que estaban viviendo. Resaltó que todos los señalamientos se hacen sobre la base de que es mujer porque son acusaciones que jamás se harían en contra de un hombre que hubiera vivido las mismas circunstancias.
“Se dijo que por llamar la atención yo me había hecho secuestrar, esto ha sido tan violento. Estoy segura de que a un hombre no le dicen eso, esa narrativa es porque soy mujer. Pero la realidad es que yo era consciente de que uno como líder tiene mucha información y tiene que tomar decisiones. Y la decisión que yo tomé la basé sobre cosas muy concretas”, puntualizó.