Este informe deja en evidencia que Antioquia y Meta son los departamentos que históricamente han tenido la mayor afectación, seguidos por Nariño, Putumayo, Caquetá y Chocó.
María Elisa Pinto, investigadora y directora de la Fundación Prolongar cuenta que, aunque el panorama mejora para Colombia en este aspecto, puesto que abandonó el segundo lugar en cantidad de minas sembradas y pasó al sexto, aún queda mucho trabajo por hacer.
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“Somos el único país en el continente en donde se sigue con esta práctica del sembrado de minas antipersona”, añadió.
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En este informe también se muestra que desde 1990 a marzo de 2017 hay un total de 11.481 de las cuales el 60% son de la fuerza pública y el 40% son civiles, dentro de este 40%, el 30% son niños”.