Siguen las tensiones tras la autoproclamación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. En las últimas horas el partido Centro Democrático emitió un fuerte comunicado en el que responsabiliza al mandatario venezolano por cualquier riesgo a la vida e integridad del expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, tras las recientes declaraciones del líder chavista.
En un discurso, Maduro calificó a Uribe como "paramilitar y narcotraficante" y aseguró que el canciller venezolano, Yván Gil, había dado un ultimátum de 48 horas para que Uribe abandonara "el territorio de Sudamérica".
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Las declaraciones surgieron luego de que el exmandatario colombiano, durante un evento en Cúcuta denominado “Plantón por la libertad de Colombia y Venezuela”, calificara al gobierno de Maduro como una “tiranía” que perpetúa el hambre, la represión y el narcotráfico.
Desde Cúcuta, frontera entre Colombia y Venezuela, el expresidente Álvaro Uribe solicitó una intervención militar internacional para derrocar el régimen de Nicolás Maduro , al calificarlo como una dictadura.
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Uribe pidió que esta intervención sea preferiblemente avalada por las Naciones Unidas, con el objetivo de “desalojar a esos tiranos del poder”, en un contexto de creciente crisis política y humanitaria en el país vecino.
Tras esas declaraciones, Maduró se despachó contra el exmandatario colombiano y lo calificó de asesino. Ante esto, el Centro Democrático rechazó enfáticamente las acusaciones de Maduro, destacando el historial de Uribe como defensor de la democracia y la seguridad en Colombia.
“El cobarde tirano desconoce los resultados de las elecciones en Venezuela, somete a su pueblo al hambre y reprime a sus opositores. Rechazamos con firmeza las acusaciones de Nicolás Maduro contra Álvaro Uribe Vélez, un líder que ha sido una voz solitaria contra la dictadura venezolana. Que el mundo sepa que el tirano amenaza gravemente a un expresidente de otra nación y atenta contra la soberanía de otros países”.
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Además, el partido subrayó su preocupación por lo que calificaron como un intento de intimidación al expresidente Uribe Vélez, quien ha sido un crítico constante del régimen chavista.
La publicación generó eco en sectores políticos y sociales de Colombia y América Latina, reavivando el debate sobre las tensas relaciones entre ambos países y la situación política en Venezuela.
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