El informe reveló hallazgos fiscales por más de $28.000 millones y evidenció el posible manejo irregular de bienes que estaban bajo la custodia de la entidad. Algunos de los bienes simplemente habrían desaparecido, sin una justificación válida, y exponen a la nación a millonarias demandas.
En el proceso de auditoría fueron hallados inmuebles ocupados de forma irregular por los propios afectados en los procesos de extinción, arrojando una cifra de 45.4 % de ocupaciones irregulares en los bienes a cargo de la SAE .
Producto de la auditoría financiera a la SAE y el Frisco, la Contraloría determinó, además, 4 hallazgos con presunta incidencia penal y 30 que conllevan presunto alcance disciplinario.
Uno de los datos que más llamó la atención del informe es la desaparición de 69 relojes de alta gama que estaban bajo custodia de la entidad y que superan el valor de los $ 1.400 millones.
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En otro de los hallazgos se revela la desaparición de 31 taxis en Bogotá y que representan un daño patrimonial de más de 1.800 millones y la venta por debajo del valor comercial de 15 caballos que eran administrados por la entidad.
Además de las irregularidades encontradas en los bienes administrados por la SAE, también encontraron irregularidades en los contratos de arrendamiento de la sede principal, generando un derritiendo patrimonial por un valor superior a los 2.000 millones de pesos.
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A pesar de las fallas que, según la Contraloría , evidencian la mala gestión de la Sociedad de Activos Especiales, desde el 2021 habrían sido aprobadas comisiones a sus funcionarios por valor cercano a los 6.500 millones.