al mismo tiempo “demostrar que las cosas sí se pueden hacer correctamente”.
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Muros narró que en 1999 descubrió la existencia del concepto de la obsolescencia programada, que dicta que los productos de la industria del consumo están diseñados para tener una vida útil determinada y obligar así a las personas a seguir comprando. Según Muros, fue eso lo que lo llevó a investigar la manera de atacar esa mentalidad y conseguir que los bombillos actuales sean “como los de antes, que lograban durar muchos años”.
El español aseguró que en el mundo se botan 7 mil millones de bombillos cada año, por lo que generar productos de larga duración será de gran beneficio para el planeta.
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A pesar de la resistencia que ha encontrado por parte de los empresarios, a los que no les conviene que se produzcan bombillos de este tipo, Muros afirmó que ya están en negociaciones con Cuba y Venezuela para abastecer de estos productos a los países del ALBA.