En los últimos tres años el Gobierno nacional ajustó la Unidad de Pago por Capitación en el sistema de salud 1.4 puntos por debajo de lo necesario y también ha subestimado los recursos para presupuestos máximos. Ambas decisiones han llevado a un hueco de 9.6 billones de pesos en los últimos tres años, según un estudio de Afidro (el gremio de las farmacéuticas) y Anif (el centro de estudios económicos de la banca).
“En el caso de la UPC, el aumento de frecuencias, los cambios de patrones de morbilidad, el envejecimiento de la población y la creciente tendencia en la demanda de servicios de salud, tanto en el régimen contributivo como subsidiado, generaron un desfase después de la pandemia por el COVID-19”, señala el documento.
Anif estima que para 2024 se necesitaría un aumento del 15.0 % de la UPC y 10.6 % de presupuestos máximos, lo que indica una necesidad presupuestal de 44.6 billones. Sin embargo, el presupuesto es de apenas 35.2 “y, por lo tanto, la crisis o el apagón financiero, como algunos lo han llamado, podría complicarse aún más”.
El cálculo no incluye la posibilidad de que se apruebe la reforma a la salud y con el mismo presupuesto de hoy se tenga que garantizar la construcción de Centros de Atención Primaria en Salud o la implementación de un sistema que solo en su primer año demandará 929 mil millones adicionales, según los cálculos oficiales del Ministerio de Hacienda.
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