Con la promesa de multiplicar inversiones y ahorros a través de los mercados financieros globales y solo con un clic comenzó a rodar OmegaPro en Colombia, potenciado por las redes sociales. A sus usuarios los llamaban "comunidad" y según su página web llegaron a manejar el dinero, supuestamente, de dos millones de personas.
Sin embargo, como todo negocio que promete multiplicar dinero de la noche a la mañana, terminó mal.
OmegaPro nació en 2019 en Perú, donde nunca tuvo siquiera un domicilio legal. De hecho, la Superintendencia de Bancos y Seguros (SBS) alertó que carece de autorización para captar depósitos del público. Y para completar, el pasado 17 de marzo se conoció la captura de Juan Carlos Reynoso, su gerente.
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Así operó Omega Pro en Colombia
El abogado de varias víctimas que dejó esta estafa piramidal, Camilo Suárez, le explicó a Blu Radio cómo fue que OmegaPro consiguió estafar a cientos de personas en el país.
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Según Suarez, OmegaPro se clasifica como una pirámide debido a que no tiene un producto físico. La plataforma prometía generar utilidades a través de un bot de trading automático, y las personas debían traer a más personas para multiplicar su inversión en un plazo de 14 a 24 meses.
Y ahí es donde entra el convencimiento de personas cercanas de las mismas víctimas. En la mayoría de casos, los inversionistas llegaban porque un cercano de confianza se lo sugería y le aseguraba que sus ahorros se multiplicarían.
Las redes sociales fueron clave. A través de lujosos eventos que supuestamente realizaban directivos de OmegaPro en ciudades como Dubái, afianzaban la seguridad del negocio. También, subían fotos con figuras reconocidas internacionales o locales.
Además, ofrecía comisiones por cada nueva persona que se afiliara, lo que creaba una estructura piramidal en la que los nuevos ingresos eran utilizados para pagar a los inversores antiguos.
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La plataforma llegó a Colombia a través de líderes locales que promovían la inversión en OmegaPro. Según Suarez, el número de víctimas en Colombia podría superar el medio millón, y su equipo ya ha recibido más de 450 correos electrónicos relacionados con la estafa.
Actualmente, el abogado está representando a víctimas de otras estafas piramidales en Colombia, que operan de la misma manera.
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"Me presentaron un plan de sueño": víctima de OmergaPro
En una entrevista con Blu Radio, Viviana Aya, una mujer trabajadora que confió en un cercano y le creyó en las promesas que le decía sobre OmegaPro, contó cómo estas pirámides usan la confianza de amigos o familiares para sumar víctimas.
Contó que todo comenzó por medio de un amigo de la universidad, quien le mostró la supuesta oportunidad de su vida en OmegaPro. Este amigo lo enganchó con muchos halagos y promesas de éxito, y le insistió mucho para que invirtiera en la empresa.
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Aya relató cómo la empresa se metió en su cabeza, manipulándola con sus propios sueños y prometiéndole que podía lograr todo lo que quisiera si invertía en OmegaPro.
Le presentaron un supuesto plan sueño, le hicieron proyecciones de ganancias y le prometieron que su inversión inicial de 1.000 dólares (más de 4 millones de pesos) le generaría una ganancia de 3.000 dólares en un plazo de 16 meses.
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Ella invirtió inicialmente esos 1.000 dólares y logró ganancias. Al ver ese retorno de su dinero ella motivó a su familia y empezó a invertir grandes cantidades de dinero, sumando hasta una inversión de 120 millones de pesos.
"Las cosas se pusieron raras en octubre-noviembre de 2022, cuando la empresa lanzó su supuesto toquen en el metaverso. Luego, en diciembre, supuestamente hubo un hackeo y la página nunca volvió a funcionar. En enero, la empresa empezó a pedir papeles y se empezaron a sembrar dudas", comentó la víctima.
Al final, Viviana Aya y su familia reconocieron que todo fue un fraude y no recuperó ni un peso de lo invertido.
¿Cómo evitar la estafa en estas plataformas?
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Según el abogado Camilo Suárez si estas empresas realmente tuvieran la clave para generar dinero de la nada, no estarían dispuestas a compartirla con nadie. De hecho, estas compañías no tienen un producto real que ofertar, lo que hace sospechar sobre la veracidad de sus promesas.
Algunas de estas empresas ofrecen supuestos cursos educativos a través de sus plataformas que envían a sus clientes. Sin embargo, se ha descubierto que estos cursos al final pueden costar desde 100 hasta 5.000 dólares, lo que ha generado aún más suspicacia en torno a su autenticidad.
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Es de resaltar que estas empresas no están registradas legalmente en Colombia, no tienen un representante legal y no poseen activos tangibles. Todo esto, a pesar de afirmar ser millonarias.
Por todo ello, el abogado Suarez recomienda a los inversionistas que tengan precaución al invertir. Es importante verificar su existencia en la Cámara de Comercio y revisar detenidamente sus antecedentes antes de hacer cualquier tipo de inversión.
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