Hasta la vereda Mariano Ospina de Guasca, Cundinamarca, llegó un equipo especial de la DIJIN, Antinarcóticos y la DEA para capturar a cinco personas y destruir un laboratorio para el procesamiento de clorhidrato de cocaína que se encontraba camuflado sobre la vegetación perteneciente a la finca San Fernando.
Resultó ser que ese predio es de propiedad del embajador de Colombia en Uruguay , Fernando Sanclemente Alzate, pero el informe de las autoridades manifiesta que no encontraron ninguna vinculación entre el dueño y la actividad ilícita hallada en la finca, ya que el laboratorio estaba distante a las construcciones del predio.
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Para el funcionamiento del laboratorio, las autoridades encontraron quemadores de ACPM e insumos líquidos para la producción del estupefaciente, hornos microondas, una estufa industrial, prensas hidráulicas, licuadoras y hasta un revolver calibre 38, al parecer para la seguridad del lugar.
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Pero como tal la infraestructura tenía la capacidad de hacer hasta una tonelada de cocaína mensual, ya que estaba divida en tres módulos para producir, secar y cocinar el alcaloide.
La indagación de la Policía y la Fiscalía dejó al descubierto que los encargados de desarrollar el proceso de producción de cocaína serían oriundos del municipio de Guayatá, en Boyacá. Por lo que se presume que la actividad criminal tenga incidencia en ese departamento.
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