En cabeza de monseñor Fabio Suescún, la familia del ministro Carlos Holmes Trujillo , el Gobierno y jefes de entes de control le dieron el último adiós.
Los asistentes a la eucaristía en la capilla Cristo Salvador, en la escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, donde estuvieron las cenizas del ministro, pidieron por el descanso eterno de Carlos Holmes Trujillo.
Al inicio de la ceremonia fue leído el mensaje de condolencias y admiración a la vida y trayectoria del ministro que envió el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Óscar Urbina Ortega.
El ambiente fue de profunda tristeza, el presidente Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez estuvieron muy conmovidos e, incluso, en uno de los momentos de la eucaristía, el presidente se puso en sus rodillas y juntó sus manos en oración.
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El primero de los hijos del ministro en hablar fue Carlos Mauricio Trujillo, recordando algunos conmovedores momentos con su padre. “Carlos Holmes, el caballero de la política, lo leí ayer en uno de los generosos titulares de la prensa”.
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Carlos Mauricio aseguró que un día su padre le preguntó cuál sería un buen jingle para su campaña presidencial, a lo que él respondió que un vallenato, pero su padre le dijo que era mucho mejor un reguetón que se llamara “tranqui, tranqui”. Lo cantó tal y como su padre lo hizo, describiendo que su nieta Filipa bailó al son de esa canción.
Santiago Liévano, hijastro de Carlos Holmes Trujillo, recordó que siempre le habló de manera clara, pero cariñosa y que todo sonaba de maravilla cuando él lo leía, hasta “la carta de un restaurante”. Recordó en la ceremonia cuando fueron a la India y montaron en elefantes y como siempre le enseñó a ser conciliador y a ver lo bueno en todo. Notablemente conmovido dijo que le enseñó a comer sushi contándole su experiencia como embajador en Japón que le dejó la profunda admiración por esa cultura pulcra y ordenada.
También hablaron sus hijos Camilo Trujillo Saavedra, Iván Trujillo Pantoja y su cuñado Juan Manuel Anaya resaltando su amor por Colombia y la buena comida.
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En su discurso, el presidente Iván Duque dijo que cuando veía al ministro Trujillo en las intervenciones y la manera en que se aproximaba al adversario veía a un gran ser humano, la altura de un político que supo debatir con ideas.
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Recordó cómo le dio muchos consejos advirtiéndole sobre peligros y dijo que siempre lo escuchó. Sobre su intención de ser presidente, Duque aseguró: “no tengo duda de que tenía todas las condiciones para ser gobernante de Colombia”.
Agregó el presidente que nunca lo vio como un contendor y que cuando fue elegido como candidato presidencial del mismo partido, Carlos Holmes Trujillo le dijo: "cuente con un soldado más".
El presidente aseguró que en el ministro vio un ejemplo de padre y abuelo y que incluso sus tres hijos lo vieron como un tío-abuelo porque era doblemente alcahueta con ellos. Recordó que nunca pudo entregarle un cuento que en diciembre le recomendó para que leyera a sus nietos, ‘El Modelo Alfabético’, de Rafael Pombo, pero que hoy entiende porqué y es porque las líneas de esta obra describen su vida. El presidente finalizó leyendo todo el cuento a continuación.
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EL MODELO ALFABÉTICO, DE RAFAEL POMBO
¿Quieres ser hombre completo,
hombre a prueba de alfabeto?
Se amable, activo, aseado,
bondadoso y bienhablado,
Claro, más cauto en confianzas,
sordo a chismes. parco en chanzas,
libre en digna dependencia
del deber y la conciencia;
Experto en algo especial,
franco, fiel, firme, formal,
Grato, generoso, humano,
buen hijo, esposo y hermano,
ejemplo a la ingenua infancia;
Justo, jovial sin jactancia;
gentil en serios hechizos,
no en modas, polkas y rizos;
Leal a la Ley, laborioso,
modesto, no malicioso,
natural, noble en tu modo;
con orden y objeto en todo;
Paciente y perseverante
(Primer prenda del triunfante);
Patriota puro y pacifico;
puntual, no en parla prolífico
ni Quijote o Quejumbroso.
Se realmente religioso
sin superstición salvaje,
Sobrio en juicio, en boca, en traje;
Servicial muy tolerante
Útil, veraz, vigilante,
Valiente, no vengativo,
ni un Yoista repulsivo.
se exacto como un reloj
nunca zángano, ni Zafio;
se otro Washington, si hay dos;
y haz que diga tu epitafio:
Honro a Padres, Patria y Dios.
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Reviva aquí el homenaje completo: