En una entrevista con Mañanas Blu, con Néstor Morales, el expresidente de Ecuador Rafael Correa expresó su preocupación sobre la gestión del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, sugiriendo que podría seguir un camino similar al del expresidente de Perú Alberto Fujimori, quien fue condenado por corrupción y violaciones a los derechos humanos.
Correa afirmó que, aunque Bukele podría estar actuando de buena fe para resolver problemas graves en El Salvador, hay límites éticos universales que se están violando. "En El Salvador se están rompiendo derechos humanos. No hay debido proceso", afirmó el expresidente ecuatoriano.
Correa comparó a Bukele con Fujimori, quien asumió el poder en Perú en la década de 1990 en medio de una crisis económica y de seguridad. Fujimori logró estabilizar la economía y combatir el terrorismo, pero violó los derechos humanos y la constitución en el proceso. Correa expresó su preocupación de que Bukele pudiera estar yendo por un camino similar.
"A mí me recuerda mucho Bukele a Fujimori. Fujimori controló la economía, lo cual no ha hecho Bukele. No hay cambios económicos en el caso salvadoreño, pero acabó sobre todo con el terrorismo, rompió derechos humanos, rompió la constitución y cuando ya cumplió su tarea, la propia derecha lo traiciona, dijo Correa.
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Correa, igualmente, expresó que teme que Bukele también esté siendo utilizado para enfrentar problemas graves, como la inseguridad, y que podría ser abandonado una vez que ya no sea útil: "Mientras sea útil, lo van a seguir apoyando. Luego lo votarán. Mire lo que le pasó a Fujimori".
A pesar de su crítica, Correa expresó su esperanza de que estuviera equivocado en su evaluación: "Ojalá me equivoque, ojalá, porque insisto, me cae bien Bukele, creo que actúa con la correcta intención, ojalá me equivoque, pero Bukele puede ser el futuro Fujimori de Centroamérica."
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Correa también criticó la idea de que el autoritarismo es una solución efectiva a los problemas de seguridad. Citó su propia experiencia en Ecuador, donde implementó políticas de seguridad efectivas sin recurrir a la represión. "No es que se tiene que meter presos a todo el mundo", dijo.