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Gemma Wilson de 35 años y su hijo de 15 se encontraban de vacaciones en Nepal cuando decidieron entrar a una tienda y pedir una taza de té.
Al pagar el pedido le informaron que eran 150 rupias (dos euros), valor que le pareció costoso y así se lo hizo saber a la vendedora.
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El momento de angustia se dio minutos después cuando salió del local y tomó una fotografía de la fachada del edificio, en un gesto aparentemente inocente, pero que no gustó a la dueña, quien reaccionó de manera agresiva.
En el video se evidencia la furia de la dueña del local. La situación no pasó a mayores y la responsable de la tienda, en medio de gritos, decidió alejarse.
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