El chileno Juan Carlos Cruz, víctima de abusos por parte de un cura pederasta, ha celebrado como "una garantía de no reincidencia" el primer informe sobre la gestión de esta lacra presentado este martes por la comisión vaticana para la Protección de los Menores, de la que él mismo forma parte.
"Nunca pensé que este día llegaría y si me lo hubieran dicho hace 15 años, cuando yo llevaba ya luchando desde hacía muchos años, no me habría imaginado un resultado similar", dijo en la rueda de prensa de presentación de este documento.
Juan Carlos Cruz, una de las víctimas y denunciantes del cura pederasta Fernando Karadima, es uno de los miembros de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores instituida por el papa Francisco en 2014 para hacer frente a la crisis por los abusos.
Este organismo acaba de presentar su primer informe anual sobre la gestión de este escándalo en un total de veinte iglesias y varias congregaciones religiosas de todo el mundo para señalar las luces y sombras en la respuesta a este drama y ofrecer recomendaciones.
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La víctima agradeció este documento al papa Francisco y a sus compañeros de la comisión pero también a los "supervivientes conocidos y desconocidos" de los abusos del clero.
"Quisiera agradecérselo a aquellos que trágicamente ya no se encuentran con nosotros, porque muchos se suicidaron, dejaron el mundo sin esperanza alguna. También por ellos es esta jornada es muy importante", dijo el chileno.
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En su opinión, este documento marca "un primer paso de enorme importancia" pero, avisó, "esto no significa que todo lo que ocurrió antes carezca de importancia".
"No podemos avanzar si no nos hacemos cargo de todo lo que hemos dejado atrás, el pasado de las personas, debemos ser transparentes cuando se trata de sacar a la luz casos aún sin resolver", instó.
A su lado, además del presidente de la Comisión, el cardenal estadounidense Sean Patrick O'Malley, también intervino el secretario del ente, el arzobispo auxiliar de Bogotá, Luis Manuel Alí Herrera, quien optó por hablar en español, en vez de inglés o italiano, para demostrar que el problema de los abusos es global.
"Soy el miembro más viejo, llevo 10 años en la comisión, y he visto todas estas resistencias, no solamente en la Curia vaticana sino también en la iglesia local. Esa es una de las cosas que más me ha impactado o tocado, ha sido una cruz para mi ver las resistencias de la misma institución que amo y por la que he entregado mi vida", confesó.
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No obstante, el obispo colombiano aseguró haber visto "muchos cambios significativos" al afrontar esta espinosa cuestión, sobre todo en los últimos cinco meses que, como secretario, se ha tenido que reunir con los dicasterios e instituciones vaticanas.
"He encontrado una apertura en los dicasterios que he visitado y un deseo de caminar juntos. Si, ciertamente falta, porque es necesaria una gestión cada vez más eficaz, pero también constatamos que ha habido una apertura", apuntó.
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