Amrullah Saleh, exvicepresidente primero del Gobierno afgano y autoproclamado presidente interino tras la huida del depuesto Ashraf Ghani, alienta ahora a la resistencia contra los talibanes, convertido en el líder de mayor jerarquía en el antiguo Ejecutivo en mantenerse firme ante la insurgencia.
El autoproclamado presidente se encuentra en la provincia de Panjshir y su conocido valle, a un centenar de kilómetros al norte de Kabul, que se ha convertido una vez más en el principal bastión contra los talibanes, después de que el resto de las 34 provincias afganas, incluida la capital, cayeran en manos de los insurgentes.
Con breves mensajes, el político y exguerrillero de 48 años alienta a la resistencia y se presenta como el "presidente interino de la República Islámica de Afganistán", atendiendo, según explicó, al llamado constitucional que le faculta a asumir la jefatura de Estado en ausencia del presidente electo.
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"De acuerdo con la disposición explícita de la Constitución de la República Islámica de Afganistán, en caso de ausencia, fuga o muerte del presidente, el vicepresidente primero será el presidente en funciones", explicó.
"Soy el legítimo presidente", insistió, antes de modificar su biografía en las redes sociales a "presidente interino".
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Con Ghani en el exilio tras su huida a Emiratos Árabes Unidos, las fuerzas internacionales retirándose del país y los talibanes preparándose para formar Gobierno, Saleh es la figura de más rango dentro de un sistema que se ha hundido tras veinte años de guerra.
Incluso circulan en las redes sociales algunas imágenes que supuestamente muestran la embajada afgana en Tayikistán, en la que personal de la legación sustituye el retrato de Ghani por el de Saleh.