La crisis venezolana ha llevado a que cada vez sea más difícil que los ciudadanos bajo el régimen de Maduro puedan comprar calzado. En promedio, un venezolano apenas puede comprar medio par de zapatos por año.
Entre 50 y 60 dólares puede costar un par de zapatos, tanto para hombres como para mujeres, en una tienda en Caracas. Ese valor representa 25 salarios mínimos mensuales. Por eso, se hace prácticamente imposible costear para el venezolano promedio, que aún gana un sueldo en bolívares.
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Luigi Pisella presidente de la Cámara del Calzado reportó que la industria trabaja al 10 % de su capacidad, pero adicionalmente el consumo per cápita ha caído velozmente desde hace 6 años, llegando a un nivel actual de 0,5 pares de zapato por persona al año.
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“Esa la cantidad mínima, de ahí no se puede bajar. En 2012 se alcanzó un pico de tres pares al año, pero ahora estamos en medio par, porque se deteriora y hay que cambiar o porque en el caso de los niños y jóvenes el pie crece”.
Testimonios
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En las calles, la mayoría de las personas pasa de largo frente a la vitrina de una zapatería ante los altos precios, no obstante Ninoska Guevara se detuvo brevemente para preguntar por unos zapatos para su hija y salió asustada cuando le pidieron 50 dólares.
Buscando unas sandalias a la niña, 50 dólares, pero puede ser 60 o 70 dólares, dependiendo del modelo. ¿Como un venezolano con un sueldo de 40.000 bolívares vive y va a comprar un par de zapatos? Eso no existe, acá en este país no hay bolsillo que aguante esa pela”.
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Ninoska además confiesa que ni el año pasado, ni lo que va del 2019 ella se ha podido comprar un par de zapatos, comprobando así el dato dado por los industriales, de un promedio de medio par al año por persona.
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Por su parte Álvaro Martínez, de profesión chofer, afirma que nadie tiene tanto dinero para comprar unos zapatos. “50 dólares, al cambio 950.000 bolívares que no lo gana nadie en este país, el año pasado me compré un par en diciembre y este año nada”.
Para otros venezolanos es más fácil esperar que un familiar desde el exterior les envíe un par de zapatos, de la misma manera que regularmente recibe medicinas o alimentos, que salir con dinero a una tienda a comprar.
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