Este miércoles, China alcanzó el número más alto de casos de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, en medio de múltiples brotes y restricciones en ese país donde se registraron los primeros casos. Entre tanto, en el resto del mundo, aumenta la inquietud de científicos y autoridades sanitarias por las variantes bautizadas como “Perro del infierno” y “Pesadilla”.
En China se anunció un confinamiento durante cinco días debido al aumento de casos de COVID-19 en ocho distritos de la ciudad de Zhengzhou, donde se halla la principal planta de fabricación del iPhone en el país, protagonista de violentas protestas en los últimos días.
Las autoridades sanitarias comenzarán una “guerra de aniquilación, control y prevención pandémica” el viernes en las principales áreas urbanas de la ciudad ante el aumento de casos de COVID-19, informó el gobierno local.
Los residentes del centro de Zhengzhou requerirán de unaprueba de COVID negativa y el permiso de las autoridades locales para salir del área confinada, aunque se les aconseja que no salgan de sus casas "a menos que sea necesario".
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Entre tanto, hay inquietud por parte de científicos y autoridades de salud debido a las variantes “Perro del infierno” y “Pesadilla”, que muestran crecimiento, especialmente, en Asia y Europa.
Sobre “Perro del infierno”, la OMS aclaró que se trata de la variante BQ.1 y que ha sido detectada en por lo menos 65 países. Se trata de una descendiente de una variante de ómicron. De acuerdo con las estadísticas del organismo internacional, BQ.1 0presenta un aumento y representaba la semana pasada el 16% de los casos.
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En cuanto a “Pesadilla”, el verdadero nombre dado por los expertos es XXB y es una variante que no ha creado ola significativas, como sí otras como delta y Ómicron en su momento. No es claro la designación de “Pesadilla”, ya que los expertos tienen identificado que se trata de una variante que va en declive desde octubre.