Unas 360.000 personas han huido de Rafah , extremo meridional de la Franja de Gaza fronterizo con Egipto, desde la primera orden de evacuación emitida por el Ejército israelí hace una semana, según las estimaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
"Mientras tanto, en el norte de Gaza los bombardeos y otras órdenes de evacuación han creado más desplazamientos y miedo para miles de familias", indicó la UNRWA en su cuenta de X.
Israel ordenó por primera vez la evacuación de los barrios más orientales a las afueras de Rafah hace una semana, donde había unas 100.000 personas, pero el fin de semana amplió la orden de desplazamiento a más áreas del centro de la ciudad y hoy sumó otros dos barrios, ubicados ya en la mitad occidental.
Antes de la evacuación, Rafah acogía desde hacía meses a 1,4 millones de personas, la mayoría desplazados por la violencia de otras zonas de la Franja de Gaza que sufrieron la ofensiva militar israelí.
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"La gente no sabe a dónde ir. Todo el mundo en Rafah, incluso en las zonas donde aún no se ha ordenado la evacuación, se está marchando. En la calle, se preguntan los unos a los otros sobre cuál es el mejor lugar para desplazarse", señaló a EFE un gazatí desplazado en el barrio de Tal al Sultan, en el oeste de Rafah.
La fuente, que no quiso dar su nombre, subrayó que en Rafah reinan el "miedo y la confusión", ya que la gente es reacia a desplazarse a lo que Israel ha designado como "zona humanitaria" para ellos, en el área costera de Mawasi, donde viven hacinadas cientos de miles de personas en tiendas improvisadas en la playa, sin agua potable ni saneamiento.
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"No hay ningún lugar adonde ir. No hay seguridad para moverse sin un alto el fuego", reclamó UNRWA.
El fin de semana, Israel también ordenó la evacuación de varios barrios de Yabalia, en el norte de la Franja de Gaza, donde han vuelto los combates ante el retorno de efectivos de Hamás a la zona, que ya fue arrasada por las bombas en octubre.
La ofensiva israelí contra la Franja de Gaza desde el 7 de octubre, el mismo día del ataque de Hamás en territorio israelí, ha causado la muerte de 35.034 ciudadanos, la mayoría niños y mujeres, y dejado heridos a otros 78.755, a los que hay que sumar unos 10.000 desaparecidos, que se cree que pueden estar atrapados bajo los escombros de los edificios destruidos por los bombardeos.