El presidente de EE.UU., Joe Biden, calificó este domingo de "pantomima" las elecciones en Nicaragua y amenazó con usar "todas las herramientas diplomáticas y económicas" a su disposición para pedir responsabilidades al presidente nicaragüense, Daniel Ortega.
"Lo que el presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, orquestaron hoy (7 de noviembre) fue una elección de pantomima que no fue ni libre ni justa, y ciertamente no democrática", afirmó Biden en un comunicado distribuido por la Casa Blanca.
El mandatario urgió al "régimen de Orega-Murrillo" a tomar "inmediatamente" los pasos necesarios para "restaurar" la democracia y pidió que se libere "inmediata e incondicionalmente" a los opositores que fueron encarcelados antes de los comicios, entre los que se incluyen siete aspirantes presidenciales.
Hasta que eso ocurra, avisó Biden, Washington, en coordinación con otros miembros de la comunidad internacional, "usará todas las herramientas diplomáticas y económicas" a su disposición para ayudar al pueblo de Nicaragua y pedir responsabilidades a Ortega, Murillo y aquellos que "facilitan sus abusos".
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La Administración estadounidense ya había adelantado que estaba coordinándose con otros países para responder a los comicios.
Aunque el gobernante no ofreció detalles sobre cuál será su estrategia, recordó que la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados Americanos (OEA) obliga al continente americano a "defender los derechos democráticos del pueblo nicaragüense".
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Biden no llegó a decir expresamente que desconoce los resultados electorales de este domingo, aunque sí consideró que Ortega y Murillo ya no tienen un "mandato democrático".
"Impopulares desde hace mucho tiempo y ahora sin un mandato democrático, la familia Ortega y Murillo ahora gobierna Nicaragua como autócratas, sin diferenciarse de la familia Somoza contra la que Ortega y los sandinistas lucharon hace cuatro décadas", manifestó Biden.
Con el apoyo de Washington, tres miembros de la familia Somoza (primero Anastasio Somoza García y luego sus dos hijos) gobernaron Nicaragua desde 1934 hasta 1979, cuando fueron derrocados por los guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) durante la Revolución Sandinista.
Más de 4,4 millones de nicaragüenses fueron convocados a votar este domingo con el objetivo de elegir al presidente y vicepresidente de Nicaragua, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.
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El FSLN es el favorito para ganar unas elecciones que opositores y defensores de derechos humanos han calificado de "fraudulentas", a la vez que la OEA, la Unión Europea, y diversos países, han mostrado sus reservas sobre la legitimidad de los resultados.
Ortega, un exguerrillero sandinista que retornó al poder en 2007, buscaba este domingo la reelección por cinco años más.
El mandatario, próximo a cumplir 76 años y que coordinó una Junta de Gobierno de 1979 a 1984 y presidió por primera vez el país entre 1985 y 1990, ha acusado a los líderes opositores de intentar derrocarlo con el apoyo de los Estados Unidos, algo que Washington niega rotundamente.
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